Sonriente, junto a la mujer que le acompaña desde que abandonó su vida gay y orgulloso de su familia, Richard Cohen dice que sus teorías que sanan la homosexualidad con gran porcentaje de éxito, en concreto, según explica, "un 85%".

Consciente de la polémica que han generado sus libros y sus seminarios, declara que está apenado: "Me hace sentir muy triste porque los quiero". Incluso es capaz de pedir perdón a quien haya ofendido, "a quien se haya sentido herido por alguno de mis libros, por favor, perdonadme". 

Detrás de un discurso medido y educado se encuentra ua idea: en cada homosexual hay un corazón roto, falta de amor de los progenitores: "El deseo homosexual está conectado a un corazón roto, cuando las heridas de la infancia y la necesidad de ser amado entre pacientes del mismo sexo desaparece".

A pesar de las disculpas, sigue ofendiendo a la comunidad gay, asegura que la homosexualidad es un mito, que científicamente nada avala que la atracción hacia el mismo sexo no se pueda reconducir.

Cohen responde con teorías científicas a la postura del colegio de psicólogos que asegura que sus teorías no tienen validez y se presenta como una víctima cuando habla de la prohibición a sus terapias en Estados Unidos, "creemos que niegan la libertad de expresión y los derechos humanos".

El autor rebaja el tono de su libro, donde asegura que su técnica funciona con todo tipo de chicos con atracción hacia el mismo sexo, "me dirijo a las personas que sienten atraacción hacia las personas del mismo sexo no deseado".

Según él, la clave para que el deseo entre las personas del mismo sexo desaparezca está en el trabajo duro.