El imán de la célula yihadista de Ripoll, Abdelbaki Es Satty, es considerado como una pieza clave en los atentados yihadistas del 17A. Sin embargo, sobre su figura aún pesan muchas dudas para los investigadores.

Según publica 'eldiario.es', Es Satty contactó con dos jóvenes de Castellón en la mezquita en la que daba algunos sermones tras salir de prisión en 2014. Los jóvenes, uno de los cuales se había convertido hace poco al Islam, comenzaron a querer reunirse con él porque estaban interesados en saber más en la religión.

Posteriormente, el imán comenzó a llevarles a casa, donde les mostraba vídeos de Daesh y comenzaba a hablarles bien de la yihad. En ese momento, ellos empezaron a sospechar que su objetivo era radicalizarles, objetivo que no consiguió pese a que uno de ellos mantuvo contacto con los miembros de la célula hasta que le engañaron para que no volviera a visitarles a la casa de Alcanar antes de fabricar las bombas.