Nuevo caso de abuso policial en Estados Unidos. En esta ocasión, la víctima es un niño de cinco años al que los agentes encontraron en la calle en horario escolar tras escaparse de clase. Tal y como se puede ver en las imágenes, el menor comienza a escuchar los gritos de los agentes y comienza a pegarse cada vez más al vehículo patrulla sin decir una palabra.

Sin embargo, al policía le da lo mismo, suspira, como si el niño fuera el culpable de su poca paciencia, y vuelve a la carga preguntando qué edad tiene, a lo que el menor responde "cinco". Ni su hilillo de voz consigue estremecer al agente, que acosa a la víctima a preguntas: "¿Sientes que puedes hacer lo que quieras? ¿Eres un adulto? ¿Tienes 18 años?".

En ese momento, se llevan al niño de un agarrón y lo meten a la fuerza en el coche, mientras este llora y grita desconsoladamente, e incluso se atraganta, pero nada conmueve a los agentes.

De regreso al centro escolar, las cosas van a peor. Vuelven a agarrar con violencia al niño y lo atan a la mesa, mientras le amenazan con llamar a su madre. Sus gritos se oyen por todo el colegio.

Cuando llega la madre al centro, el pequeño está rendido. En la sala hay cinco adultos, aunque nadie ha sabido comportarse como tal. Por su parte, los agentes decidir rematar su heroica faena y aconsejan a la madre pegar a su hijo, pero sin que haya cortes, ni marcas de cigarros.

La madre del niño ya ha denunciado a los dos agentes por brutalidad policial y hay una investigación interna abierta. Sin embargo, los agentes siguen patrullando.