Acusada de antisemitismo

La Universidad de Columbia aceptar pagar 220 millones para poner fin a la 'pelea' con Donald Trump

El contexto En su batalla contra las universidades, Trump congeló subvenciones y fondos federales a Columbia, Harvard y otras universidades. La universidad y el Gobierno han llegado a un acuerdo.

Fachada de la Biblioteca Memorial Low, de la Universidad de Columbia, en Nueva YorkFachada de la Biblioteca Memorial Low, de la Universidad de Columbia, en Nueva YorkUniversal Images Group via Getty Images

"Me complace anunciar que el Gobierno de [Donald] Trump ha llegado a un acuerdo histórico con la Universidad de Columbia": con estas palabras, el presidente de Estados Unidos ha celebrado el 'acuerdo' al que el centro universitario se ha visto a firmar para poder seguir accediendo a financiación federal y subvenciones. Mientras Trump celebra, la Universidad entiende que de esta manera "se pone fin a un periodo de considerable incertidumbre institucional".

En un comunicado en la red social Truth, Trump ha indicado que Columbia ha acordado pagar una multa de 200 millones de dólares al Gobierno de Estados Unidos por violar la ley federal, además de pagar más de 20 millones a sus empleados judíos, "que fueron perseguidos y acosados ilegalmente". "Columbia también se ha comprometido a poner fin a sus ridículas políticas de DEI, a admitir estudiantes basándose únicamente en el mérito y a proteger las libertades civiles de sus estudiantes en el campus", ha indicado el mandatario republicano, asegurando que detrás de Columbia vendrán otras "instituciones de educación superior que han perjudicado a tantas personas, han sido tan injustas y han gastado indebidamente fondos federales".

"Quiero agradecer y elogiar a la Universidad de Columbia por aceptar hacer lo correcto. Espero verlos tener un gran futuro en nuestro país, ¡quizás mejor que nunca!". La postura de la universidad, por su parte, no parece tan de celebración. En un comunicado dirigido a todos los miembros de la comunidad universitaria, el centro reconoce que con este acuerdo se resuelven "múltiples investigaciones de agencias federales" y se protege la misión académica de Columbia, así como su misión de investigación y su independencia. Con este acuerdo, subrayan, es posible volver a centrarse "en la docencia, la investigación y el servicio público", así como en la reconstrucción de la comunidad.

"Con el acuerdo, se reanuda nuestro acceso a miles de millones de dólares en fondos federales para investigación", así como las subvenciones canceladas, y el profesorado de la Universidad de Columbia podrá volver a optar a futuras subvenciones. Esto ha supuesto, según han señalado, un gran "alivio" entre los científicos de Columbia, ya que sus investigaciones dependen en gran medida de las subvenciones a las que ahora no podían acceder.

El 'acuerdo' en cuestión implica que la Universidad desembolse 200 millones de euros al Gobierno federal, en un plazo de tres años, además de otros 21 millones de dólares "para resolver las investigaciones que involucran a la comisión para la igualdad de oportunidades de Estados Unidos". "Reconozco que se trata de acuerdos sustanciales", ha señalado la presidenta en funciones de la Universidad, Claire Shipman, si bien ha subrayado que se trata de una decisión que han tenido que tomar desde el Consejo de Dirección de la universidad.

"Hemos visto no sólo la congelación de 400 millones de dólares en subvenciones federales, sino también la suspensión de la mayor parte de los 1.300 millones de dólares que recibimos al año de los fondos federales", ha explicado. La posibilidad de que esta situación continuara, sumado a la posible pérdida de "científicos de primer nivel", son las razones que han llevado al consejo directivo a tomar esta decisión, ya que de lo contrario, se estaría "poniendo en peligro" la posición de Columbia como "institución de investigación líder a nivel mundial".

Shipman asegura que la universidad podría haber conseguido otras pequeñas victorias a corto plazo, "pero no sin incurrir en daños más graves a largo plazo". Mientras Trump habla de una "multa" por "violar la ley federal", Columbia asegura que "no ha admitido ninguna irregularidad" y que no está de acuerdo con la conclusión del Gobierno de que "violó el título VI de la Ley de Derechos Civiles". "Sin embargo, no negamos los desafíos graves y dolorosos que nuestra institución ha enfrentado con respecto al antisemitismo", sostiene. El pasado mes de junio, en sus ataques a Columbia, Trump denunció antisemitismo en la universidada raíz de una serie de protestas contra la ofensiva israelí en Gaza—.

"Por esta razón", continúa Shipman, desde el pasado mes de marzo la universidad puso en marcha "varias medidas correctivas", entre ellas la creación de un enlace con la comunidad judía. "Sabemos que aún queda mucho por hacer", ha señalado, asegurando que trabajarán en varios frentes "para combatir todas las formas de odio e intolerancia en Columbia".

Proceso de resolución de conflictos

La presidenta interina de Columbia ha insistido en que el "éxito" de este acuerdo requiere que ambas partas lo cumplan, razón por la cual se ha establecido un "sólido proceso de resolución de disputas", con un supervisor y un árbitro independientes, "designados mutuamente como terceros neutrales", en lugar de ceder la autoridad al Gobierno o a un tribunal.

Este proceso, explica, "exige que el gobierno siga una serie de pasos muy específicos y prescritos si considera que no estamos cumpliendo con los términos del acuerdo. Si las partes no llegan a un acuerdo, el asunto se remite al árbitro y, posteriormente, si es necesario, a los tribunales".

Por último, Columbia ha señalado, por encima, que algunos términos del acuerdo se refieren a la admisión y la contratación pero que son "totalmente coherentes con las leyes federales antidiscriminación vigentes, que nuestra institución siempre ha respetado y seguirá respetando". "Este texto ha sido cuidadosamente redactado; acordamos proporcionar datos a los que el Gobierno tiene derecho y que actualmente solicita a numerosas instituciones, incluida la nuestra", ha señalado. Shipman ha indicado que durante estos meses de conversaciones con el Gobierno de Trump, esta 'lucha' se ha planteado como una pelea binaria entre la valentía y la capitulación. "Pero como casi todo en esta vida la realidad es mucho más compleja".

Así, la presidenta en funciones de Columbia ha hecho hincapié en que la universidad ha establecido "claramente" sus límites hasta alcanzar, no sin discrepancias por el camino, un acuerdo que "protege" la institución y sus valores. Consciente de que los miembros de la comunidad universitaria tendrán "diferentes opiniones" sobre este 'acuerdo', Shipman no ha hecho más que agradecer a los profesores y administradores de la universidad por su dedicación durante estos últimos meses difíciles y ha asegurado que el texto al que se ha llegado se ha redactado "con cuidado, seriedad y un compromiso inquebrantable con la misión, los valores y el futuro de la Universidad de Columbia".

Trump contra las universidades

En junio, Trump señaló de antisemita a la Universidad de Columbia, a la que acusó por violar las leyes de antidiscriminación. Un mes antes, el Gobierno señaló a la Universidad de violar la ley federal de derechos civiles al actuar con "indiferencia deliberada" hacia el acoso de estudiantes judíos en el campus desde el 7 de octubre de 2023.

Todos estos ataques contra Columbia llegaron poco después de la gran batalla del republicano con la Universidad de Harvard: ordenó congelar 2.200 millones de dólares en financiación federal al centro universitario después de que éste se negara a poner fin a sus programas de diversidad. De hecho, el rector de la Universidad de Virginia acabó dimitiendo precisamente por no eliminar estas políticas de diversidad.

Pero a Harvard también le han caído acusaciones de antisemitismo, porque también en Harvard hubo manifestaciones propalestina. Esta misma semana comenzó el juicio sobre la legalidad de esta congelación de fondos, con la jueza aparentemente favorable a la postura de Harvard: "¿Qué relación tiene el antisemitismo con el recorte [de fondos] de, por ejemplo, la financiación de la investigación sobre el cáncer?", llegó a cuestionar en la vista la jueza Allison D. Burroughs en el tribunal de Boston donde se celebra el juicio.

En la misma línea que de lo que ha hecho con Columbia, la semana pasada el departamento de Estado anunció la apertura de una investigación a Harvard por su admisión y patrocinio de visados internacionales a estudiantes y profesores, con el fin de valorar si están "socavando" los objetivos de Estados Unidos en política exterior o comprometiendo los intereses de seguridad nacional del país.