Presionado a hacerlo

Dimite el rector de la Universidad de Virginia presionado por la Administración Trump tras no eliminar las políticas de diversidad

Los detalles El Departamento de Justicia había exigido la dimisión de James Ryan, rector de la universidad, para resolver una investigación sobre las prácticas educativas sobre igualdad e inclusión que se estaban realizando en el centro.

Edificio histórico de la Universidad de VirginiaEdificio histórico de la Universidad de VirginiaUniversidad de Virginia
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Apoyar la diversidad en centros educativos de Estados Unidos puede salir caro. Lo puede decir James Ryan, hasta ahora rector de la Universidad de Virginia, que ha dimitido tras la apertura de una investigación federal por parte de la Administración Trumppor sus políticas de igualdad e inclusión y la presión del Departamento de Justicia para que lo hiciera.

Donald Trump ha emprendido una cruzada contra los centros educativos de todo el país, a los que acusa de ser antisemitas, antiamericanas, marxistas y de "izquierda radical". Harvard es el ejemplo más conocido, pero, durante las últimas semanas, el republicano también había centrado esfuerzos en la Universidad de Virginia.

Según informó 'The New York Times' a principios de esta semana, el Departamento de Justicia había exigido la renuncia del rector como condición para resolver una investigación federal de derechos civiles sobre las prácticas de diversidad de la escuela que habían estado aplicando. "El tiempo se acaba y la paciencia del departamento se está agotando", decía la carta que enviaron al centro, fechada el 17 de junio.

Desde entonces, como afirma el citado medio, algunos miembros de la junta directiva de la escuela habían presionado para la destitución de Ryan, ya que temían que si la universidad no cumplía con las demandas, la Administración Trump cumpliría su amenaza de despojar a la escuela de cientos de millones de dólares en fondos federales.

Tras todo esto, este viernes, Ryan convocó a la dirección de la universidad y les trasladó la "dolorosa decisión" de dimitir asumiendo que resistirse a las exigencias de la Administración pondría en riesgo a los estudiantes y al profesorado de la institución. "Por acortar: quiero luchar por lo que creo y creo profundamente en esta universidad, pero no puedo tomar la decisión unilateral de luchar contra el Gobierno federal para salvar mi propio puesto de trabajo", explica en el comunicado de su dimisión James Ryan.

"Hacerlo no solo sería quijotesco, sino que parecería egoísta ante los cientos de trabajadores que perderían sus puestos de trabajo, los investigadores que perderían su financiación y los cientos de estudiantes que podrían perder el apoyo económico o suspendidos sus visados", ha añadido.

La Junta Directiva de la universidad ya votó en marzo la disolución de su oficina de Diversidad, Equidad e Inclusión tras la orden de la Administración Trump contra estos programas bajo la amenaza de perder la financiación federal.