El terremoto de 7,3 grados que golpeó el suroeste de Japón ha dejado al menos 32 muertos y un millar de heridos en una región donde un día antes otro potente temblor se cobró nueve víctimas mortales.
El último seísmo ocurrió en la prefectura de Kumamoto, en la costa occidental de la isla de Kyushu, y su hipocentro se situó a unos 10 kilómetros de profundidad.
En el pueblo de Aso alcanzó el nivel seis en la escala japonesa (que tiene un máximo de siete), que se centra más en las zonas afectadas que en la intensidad del temblor.
Trece personas han perdido la vida por el momento como consecuencia del último terremoto y más de 1.000 están recibiendo tratamiento médico por heridas de diversa consideración, informó la cadena de televisión japonesa NHK.
La sacudida causó en Aso el derrumbe de más de medio centenar de casas donde quedaron atrapados algunos de sus habitantes, dijo el portavoz del Gobierno, Yoshihide Suga, tras una reunión de emergencia.
Por su parte, la agencia Kyodo afirmó que 11 personas se encuentran atrapadas en varios lugares como consecuencia de los corrimientos de tierra. Más de 27.000 personas han sido evacuadas de sus casas y los cortes de electricidad y gas han afectado a unos 180.000 hogares en toda la prefectura de Kumamoto, donde también se han cancelado los vuelos y recorridos de trenes bala o Shinkansen.