El lunes se cumple un año de la entrada en Kabul (Afganistán) de los talibanes y en este tiempo las mujeres del país han sido las grandes perdedoras. Los derechos que consiguieron durante las últimas dos décadas se han dinamitado, y ahora son obligadas a permanecer encerradas en sus hogares sin poder trabajar, estudiar o practicar deportes.

Precisamente fue el deporte, -el fútbol en concreto-, uno de los pilares en la vida de la afgana Arezo Rahimi, quien hasta la llegada de los fundamentalistas ostentó la dirección de la Federación de Fútbol Femenina de Afganistán.

En una entrevista con laSexta, Arezo recuerda cómo preparó su huida del país, donde tenía una vida plena. En agosto de 2021, embarazada de cinco meses, se replanteó qué futuro quería para la hija que estaba esperando.

"Mi madre estaba en silla de ruedas, yo embarazada... Los talibanes no nos dejaban ir al aeropuerto y solo íbamos con una mochila. Fue muy difícil entrar al aeropuerto", rememora la mujer, que acabó viniendo a España junto a su marido.

Acostumbrada a luchar y a pelear por sus sueños, Arezo relata que tuvo que hacer un duro trabajo durante gran parte de su vida para finalmente poder dedicarse al fútbol, su pasión desde los 13 años. "La gente me asustaba y me decía que no podía hacerlo, pero yo no paré. Trabajé mucho, pero ahora lo he perdido todo", lamenta.

Su recuerdo, además, está con las compañeras que no pudieron salir del país y por cuyas vidas teme. "Me hablan todos los días y me piden ayuda. Me dicen: si los talibanes saben que somos jugadoras de fútbol nos matarán".

Esteban Beltrán, director de Amnistía Internacional España, recuerda en este primer aniversario cómo en el país afgano "tenían un Ministerio de Igualdad que fue sustituido por el de prohibición del vicio".

"Las mujeres, niñas y adolescentes más allá de 72 kilómetros de viaje tienen que ir con un hombre. Se recomienda que no vayan a centros de salud si están enfermas. Se ha sugerido que vistan el burka cuando salgan de casa... Se está sometiendo a una invisibilización a la mitad de la población por parte de los talibanes", denuncia Beltrán.

La afgana Sodaba Nazhand, profesora de Lengua, lamenta que las niñas tienen prohibido asistir al colegio a partir de sexto grado: "Que cierren los colegios no beneficia a nadie, las niñas necesitan aprender".

Pero mujeres como Arezo siguen alzando la voz para que niñas como su hija, la pequeña Yusra, puedan vivir algún día en un Afganistán libre.