El Gobierno sueco no está seguro de la conveniencia de que el catalán, el euskera y el gallego sean oficiales en la Unión Europea, como propone el Ejecutivo español, aunque todavía no ha tomado una postura definitiva.
En un documento emitido por la cancillería del Gobierno de derecha que encabeza el conservador Ulf Kristersson de cara a la reunión del próximo día 19 del Consejo de Asuntos Generales de la UE, se habla de "dudas" ante una posible reforma del reglamento número 1, que recoge los idiomas oficiales de la UE.
"El Gobierno considera que se necesita un análisis de las consecuencias en lo que se refiere a la influencia de la propuesta en la efectividad del trabajo de la UE, así como los efectos presupuestarios y prácticos, para tomar una postura final", consta en el documento.
España, pendiente de la reunión
El Parlamento Europeo decidió el pasado lunes esperar a que los países de la UE se pronuncien sobre la oficialidad en la UE del catalán, euskera y gallego el próximo martes antes de continuar su debate interno sobre el uso en sus plenos de estas lenguas.
"El Consejo de Asuntos Generales del 19 de septiembre debatirá la solicitud española. Cualquier decisión del Consejo requiere la unanimidad. El Parlamento esperará al resultado del Consejo de Asuntos Generales", informó la Eurocámara en un comunicado entonces.
La reunión del próximo martes permitirá a España -que además ostenta la presidencia semestral del Consejo- tantear si entre sus socios existe la unanimidad necesaria para que salga adelante un consenso sobre el que, según aseguran fuentes diplomáticas, se está trabajando desde hace semanas.
Solo en el caso de que la unanimidad esté garantizada se produciría un voto el día 19 de septiembre. Entre los potenciales obstáculos, otros países señalan el coste de la propuesta o la excesiva rapidez con la que se está tramitando la iniciativa, además de la posibilidad abierta de que otros países soliciten la inclusión de otros idiomas que se hablen en sus territorios en la lista de lenguas oficiales de la UE.