Scott Warren se ha convertido en símbolo de la persecución de Donald Trump hacia cualquier síntoma de humanidad frente al migrante, tras siete años conduciendo su camioneta hacia el desierto de Sonora, una de las rutas más mortíferas para quienes tratan de llegar a EEUU desde México.

Se enfrenta a 20 años de prisión por ofrecer ayuda humanitaria, como agua, comida y ropa, a dos migrantes que cruzaban este desierto, de donde ha recuperado los cuerpos de 18 personas desaparecidas.

Este profesor de Geología de 36 años decidió unirse al grupo activista No More Deaths, que trabaja en la zona. "Cada día, a lo largo de la frontera en Arizona, los migrantes necesitan comida, agua y ayuda médica y tocan a nuestras puertas", explica Warren.

El 18 de enero de 2018, dos migrantes tocaron a la suya. Por ayudarles, Scott Warren fue detenido.

Solo unos días antes, su organización se había convertido en un testigo incómodo para Trump, tras difundir unos vídeos que mostraban a la Guardia Fronteriza de EEUU destruyendo los bidones de agua depositados a lo largo del desierto para los migrantes.

"Es una pena totalmente desproporcionada y pensamos que es una especie de aviso para todas las personas que dan esta ayuda humanitaria", denuncia Olatz Cacho, de Amnistía Internacional.

El primer juicio resultó nulo, pero este 2 de julio se celebrará una nueva vista. El Gobierno estadounidense tendrá que decidir si sigue adelante con lo que muchos en el país califican como una auténtica farsa.