Una joven refugiada somalí se encuentra en estado crítico después de haberse prendido fuego en el centro de detención de Nauru. El Departamento de Inmigración de Australia confirmó el incidente y detalló que la somalí se encuentra atendida en un centro ambulatorio.
El pasado día 27, el iraní Omid Masoumali se prendió fuego por las mismas razones en presencia de tres representantes del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) que visitaban el centro y murió dos días más tarde. No es la primera vez que inmigrantes retenidos en ese emplazamiento se autolesionan o intentan hacerlo en protesta por el trato que reciben.
El ACNUR critica desde hace tiempo las condiciones "inhumanas" que existen en los centros de detención que Australia mantiene en Nauru y Papúa Nueva Guinea, en una política que Camberra inició en 2001 para desviar a terceros países el creciente flujo de "sin papeles" que intentaban alcanzar las costas australianas.
Muchos de estas personas que viajan a Australia huyen de conflictos como los de Afganistán, Darfur, Pakistán, Somalia y Siria, y otros escapan de la discriminación, como las minorías rohinyá de Birmania (Myanmar) y bidún de la región del Golfo Pérsico.