Con la intención de conocer la opinión de los noruegos, el primer ministro Jens Stoltenberg se disfrazó de taxista y condujo un taxi por las calles de Oslo debatiendo sobre política con los viajeros. La iniciativa, que se desarrolló durante una tarde del mes de abril, formaba parte de una campaña de marketing político.
El primer ministro de Noruega se hizo pasar por taxista para realizar un vídeo electoral