Durterte explicó en un
discurso público en Kidapawan cómo se confesó a un sacerdote del colegio
católico al que asistía de haber entrado en la habitación de la asistenta para
intentar aprovecharse de ella. En la misma intervención, Duterte denunció que
ese mismo sacerdote le tocó de forma maliciosa.
La secretaria general de
la sección filipina de la organización feminista GABRIELA, Joms Salvador, ha
denunciado este "delito", revelado en una más de las
"incontables declaraciones alardeando de delitos contra las mujeres y el
pueblo" en referencia a polémicas como cuando instó a los soldados a
violar a las mujeres de Marawi, una ciudad tomada por milicianos yihadistas o
la orden de bombardear las comunidades lumad.
Salvador ha advertido de
que este tipo de declaraciones son "muy dañinas", no solo para las
mujeres, sino también para los hombres, ya que cambian el modo en el que perciben
a las mujeres.
Igualmente suponen un
revés para las victorias logradas en lo que respecta a la legislación
recientemente aprobada contra la violación y la prostitución, ha argumentado la
cofundadora de la Coalición Contra el Tráfico de Mujeres-Asia Pacífico, Jean
Enríquez.
Estas palabras ponen en
peligro a las trabajadoras domésticas de Filipinas y otros países por su
"falta de respeto a las mujeres". "Parece que no quería dejarlo
solo para el confesionario", ha apostillado. "Espero que el pueblo
filipino sea más crítico y que siga educando a sus hijos para que no imiten a
líderes como este", ha sentenciado Enríquez.