Se cumplen 36 años de la muerte de Omayra Sánchez, la niña de 12 años que quedó atrapada en el lodo tras la erupción del volcán de Nevado del Ruiz, en Colombia, y cuyo caso dio la vuelta al mundo y conmovió a la población.

La niña falleció el el 16 de noviembre de 1985 tras pasar tres días de agonía atrapada entre el lodo, los cadáveres de sus familiares y los restos de su propia casa, mientras las cámaras de televisión retransmitían sus últimas horas de vida.

Fue la noche del 13 de noviembre de 1985 cuando el volcán de Nevado del Ruiz entró en erupción y convirtió en agua las nieves de su cima, lo que desbordó el río Lagunilla e hizo que toneladas de lodo y piedras se dirigieran con una fuerza destructora hacia Armero, una próspera localidad agrícola situada en un valle.

Como consecuencia, miles de personas resultaron heridas y más de 25.000 fallecieron, entre ellas, Omayra Sánchez, una historia que fue especialmente trágica porque la niña permaneció atrapada en el lodo durante tres días, mientras militares, sanitarios y socorristas trataban infructuosamente de rescatarla.

Durante ese tiempo, la pequeña se aferró a la vida agarrándose a un palo a la altura de su cabeza, ya que el resto de su cuerpo quedó enterrado en el lodo. Fueron unos militares de la fuerza aérea colombiana los que encontraron a Omayra y, para llegar hasta ella y trabajar en su rescate, tuvieron que construir una especie de puente y quitar escombros de las casas que habían sido destruidas tras la erupción del volcán.

Sin embargo, pese a que consiguieron liberar la mitad del cuerpo de la menor, sus piernas estaban atrapadas en el lodo, por lo que no pudieron sacarla del lugar. Su agonía fue larga y horrible, pero su actitud ante la situación fue impactante, mostrando valentía y fuerza en todo momento. Omayra llegó incluso a decirles a los equipos de rescate: "Váyanse a descansar un ratico, y después vengan y me sacan de aquí".

Finalmente, tras 60 horas en las que su agonía conmovió al mundo y fue transmitida en directo por las cámaras de televisión, la niña de 12 años falleció acompañada de sanitarios y socorristas. En ese lugar, en la actualidad hay una tumba simbólica la pequeña.

Más de tres décadas después y con el lugar convertido en un inmenso camposanto, el país revive las imágenes de su mayor tragedia natural y una de las peores de América. La avalancha sepultó esa población, donde se calcula que sobrevivieron unas 4.000 personas, muchas de las cuales residen ahora en las vecinas localidades de Lérida y Armero Guayabal.

Científicos advirtieron la posibilidad de que Armero fuera destruida por una avalancha

La posibilidad de que Armero fuera destruida por una avalancha fue advertida por científicos colombianos y extranjeros que en los meses previos habían estudiado recientes erupciones del volcán Nevado del Ruiz y la dirección en la que se movían sus emisiones de lava, ceniza o vapor de agua.

Además, habitantes de la zona también habían alertado a las autoridades semanas antes del represamiento del río Lagunilla, pero el Gobierno de la época ignoró totalmente estas advertencias que, de haber sido atendidas, habrían dado pie a una evacuación y reducido la cifra de víctimas, según especialistas.