El expresidente estadounidense Barack Obama aseguró que está "absolutamente" dispuesto a recibir la vacuna contra la COVID-19, incluso públicamente, en cuanto esté disponible para la población con menor riesgo.

"Si Anthony Fauci (el principal epidemiólogo de la Casa Blanca) me dice que esta vacuna es segura y puede vacunar, ya sabes, inmunizarte de contraer la COVID, absolutamente voy a ponérmela", afirmó Obama en una entrevista con la emisora de radio por satélite SiriusXM que se transmitirá este jueves, aunque algunos de sus extractos fueron difundidos por medios locales.

Las declaraciones del expresidente se conocieron en momentos en que Estados Unidos se prepara para recibir las primeras dosis de la vacuna contra el virus antes de que finalice el año. Tanto Pfizer como Moderna han solicitado ya al Gobierno de Donald Trump que autorice de urgencia sus vacunas.

Un panel de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) aconsejó el martes destinar las primeras vacunas disponibles a los trabajadores sanitarios y a los ancianos que viven en residencias.

"Te prometo que cuando se haya hecho para la gente que está en menor riesgo, la recibiré. Puede que termine poniéndomela en la televisión o que lo filmen, sólo para que la gente sepa que confío en esta ciencia", agregó el influyente líder político.

Una encuesta de la firma Gallup dada a conocer en noviembre pasado por medios locales reveló que un 42% de los adultos estadounidenses aseguró que no se pondría la vacuna.

Ese porcentaje, sin embargo, es menor que el 50% registrado en un estudio similar realizado por la misma compañía de encuestas en septiembre pasado. "Las vacunas son la razón por la que ya no tenemos polio, la razón por la que ya no tenemos un montón de niños muriendo de sarampión y viruela y de enfermedades que solían diezmar poblaciones y comunidades enteras", recordó Obama.

Admitió igualmente que entre la comunidad afroamericana puede existir "cierto escepticismo" frente a la vacuna, al recordar un estudio efectuado en Tuskegee, donde el Servicio de Salud Pública observó la progresión de la sífilis entre casi 400 negros pobres en Alabama a lo largo de 40 años (1932-72).

Estos hombres nunca fueron informados de que habían contraído la enfermedad venérea y nunca fueron tratados, aunque sí fueron sometidos a pruebas médicas gratuitas, recibieron alimentos y cobertura de gastos fúnebres. En la demanda por los experimentos en Tuskegee, las víctimas fueron indemnizadas.

Hasta la fecha, Estados Unidos suma 13.901.477 casos confirmados de coronavirus y 273.181 fallecidos por la enfermedad de la COVID-19, según el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins.