La fiesta empezó a las 21:00 horas en un castillo al borde de la frontera entre Austria y Hungría, la hermana mayor del Barón Thyssen, Margit, invitó a unas 40 personas y el castillo se llenó de miembros del partido Nazi, la Gestapo y las SS.
Margit fue quien puso el champagne aquella noche del 24 al 25 de marzo de 1945, pero la fiesta acabó con la vida de 180 judíos.
La historia la acaba de publicar en España el sobrino de la anfitriona, Sacha Batthyany, que durante siete años ha estado investigando qué ocurrió realmente aquella fatídica noche.
Entre copa y copa, Franz Podezin, miembro de la Gestapo, reunió a unos cuantos invitados: su intención era matar a un grupo de judíos que habían llegado a las inmediaciones del castillo para levantar una barrera ante el avance del ejército ruso.
Cogieron armas y munición, les obligaron a desnudarse y les dispararon. Después, volvieron al festín para seguir bebiendo y bailando hasta el amanecer. Al día siguiente acabaron con otros 15 judíos que habían dejado vivos para enterrar a sus compañeros.
Ni Margit, ni ningún invitado a la fiesta fueron condenados por esta matanza. De hecho la condesa ayudó a huir de Europa a Franz Podezin, y murió en los años 80 tras una larga y lujosa vida.