La situación económica y social del sur de Italia comienza a ser preocupante por la crisis del coronavirus y las autoridades están preocupadas por un posible estallido de revueltas y protestas por la insoportable situación. De hecho ya se han producido los primeros saqueos a supermercados.

En Palermo, un grupo organizado de más de 20 personas se presentó en las cajas de un supermercado con los carritos llenos de productos y negándose a pagar. "Basta de estar en casa, no tenemos dinero para pagar, tenems que comer", gritaban en la linea de cajas mientras los trabajadores llamaban a la Policía. El caos en el supermercado se prolongó durante horas y cundió el pánico entre los clientes que esperaban en la cola exterior para entrar a comprar.

Otra de las imágenes dramáticas que se han producido en el sur de Italia durante estos días es la de un hombre de Nápoles que, tras pasar su compra por la caja de un supermercado, aseguraba que no tenía dinero para pagar. "No puede comer. No ha comprado ni champagne ni vino, ha comprado lo esencial", gritaba un señor que grabó la escena publicada por 'Corriere'.

Las llamadas a la revuelta se están extendiendo por redes sociales y hasta se ha creado un grupo en Facebook llamando a la rebelión y que tiene como eslógan "recuperar lo que nos quitan". "Quienes estén listos para la guerra el día 3, lo deben escribir aquí", señalan en ese grupo donde incitan a saquear "todos los supermercados".

Además, según apuntan medios locales, en la provincia de Nápoles han aumentado los robos en la calle, sobre todo de compras de supermercado, y también asaltos a farmacias.

La preocupación del Gobierno tras la alarma de algunos regidores locales se centra en el impacto económico que la pandemia está teniendo en el país y sobre todo la atención está en el sur.

"Tengo miedo de que las preocupaciones de amplias franjas de la población por la salud, la renta y el futuro, conforme se alargue la crisis se transformen en rabia y en odio. Hay áreas sociales y territorios frágiles", advirtió el ministro para el Sur, Peppe Provenzano, en un entrevista.

Pocas horas después, el presidente del Gobierno italiano, Giuseppe Conte, anunciaba que anticiparía 4.300 millones de euros del fondo de solidaridad a los ayuntamientos y destinará otros 400 millones para que los municipios los dediquen a ayudar con vales de compra a las personas que debido a la pandemia están sufriendo problemas económicos.

Tras un asalto a un supermercado en Sicilia, el presidente de la región, Nello Musumeci, aseguró que "no se están produciendo episodios de violencia generalizada", pero que después de que cientos de empresas, con trabajadores con contratos precarios, se han cerrado, es necesario "desactivar esta bomba".

"Hay una emergencia social, hay focos de sufrimiento con el riesgo de que la incomodidad se convierta en ira y la ira se convierta en violencia", afirmó por su parte el alcalde de Palermo, la capital siciliana, Leoluca Orlando.

El alcalde recordó que en los últimos días las familias pobres asistidas por la administración han pasado de 600 a 2200. "Es necesario que estos fondos se distribuyan inmediatamente a los municipios para no dejar a los alcaldes solos para enfrentar esta emergencia social", agregó.

Por su parte, el presidente de la región de Campania, cuya capital es Nápoles, Vicenzo De Luca, expresó en una carta a Conte que "se esperan una mayor contribución" porque "es indispensable conceder ayudas a los ciudadanos en dificultad y a los sectores a los que el prolongarse de la crisis pesa de manera dramática". "A veces se trata sólo de garantizar el pan a esta pobre gente", dijo De Luca.

Los 400 millones serán repartidos en vales de compra de 25 euros en alimentos entre las personas que lo pedirán a las diferentes asociaciones que se ocupan de solidaridad.