El número de policías muertos en un atentado con camión bomba contra una comisaria en la ciudad de Cizre, en el sureste de Turquía, ha aumentado a 11, mientras que los heridos ascienden a 78, informó la agencia estatal de noticias Anadolu.
Cuatro de los heridos se encuentran en estado crítico y las fuerzas de seguridad han lanzado una operación para dar con los responsables del atentado. La deflagración ha sido muy potente y la comisaría ha quedado prácticamente reducida a escombros, mientras que edificios cercanos han sufrido también daños.
Según algunos medios, después de la explosión se produjo un intercambio de disparos entre atacantes y fuerzas de seguridad, una forma de proceder habitual del PKK. El atentado se ha producido en la provincia de Sirnak, que es fronteriza con Siria e Irak y está poblada por una mayoría kurda.
Las autoridades turcas han impuesto un apagón informativo sobre el atentado, para evitar que se filtre información sobre la investigación o se publiquen imágenes de las víctimas.
Al PKK se le atribuyó ayer un atentado contra un convoy de vehículos en el que viajaba el líder del mayor partido opositor turco, el CHP, Kemal Kilicdaroglu, que salió ileso, pero un soldado murió en el ataque.