La Audiencia Nacional condena a 133 años y 4 meses al ex coronel y exviceministro de Defensa Inocencio Montano por el asesinato de cinco jesuitas españoles en 1989 en El Salvador, entre ellos el Ignacio Ellacuria, entonces rector de la Universidad Centroamericana (UCA) e ideólogo de la Teología de la Liberación.

La Sección Segunda de la Sala de lo Penal considera a Montano autor de cinco delitos de asesinato de carácter terrorista (los jesuitas Ignacio Ellacuría, Ignacio Martín Baró, Segundo Montes Mozo, Armando López Quintana y Juan Ramón Moreno Pardo) por cada uno de los cuales le impone una pena de 26 años, 8 meses y un día de prisión.

La resolución de la Audiencia analiza el contexto en el que se produjeron los hechos, cuando en 1989 El Salvador vivía un conflicto armado interno entre las fuerzas gubernamentales y la guerrilla del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN) y que duraba más de diez años.

Según la Fiscalía, el año 1989, cuando se produjo el crimen, "fue el punto clave de la década de guerra civil en El Salvador" al alterar los resultados de las elecciones "de forma irrevocable el panorama político del país". En esta situación, "los jesuitas, especialmente Ignacio Ellacuría, habían asumido el liderazgo" para negociar una salida dialogada al conflicto armado.

Según la Fiscalía, "Ellacuría era el único intermediario que hablaba con todas las partes y actuaba de puente entre el presidente (Alfredo) Cristiani y los rebeldes", lo que lo convirtió en "objetivo de los militantes de la extrema derecha", que culpaban a la Iglesia de formar parte "de una conspiración comunista internacional".

En este contexto, el 15 de noviembre, "el Alto Mando y otros líderes militares veteranos, la mayoría de los cuales pertenecían a la Tandona (una asociación de 20 oficiales que ocupaban las posiciones claves del ejército y del gobierno), decidieron proceder con las ejecuciones de los jesuitas".

Montano, al intervenir en su "derecho a la última palabra" dijo que le ha "repugnado lo que se ha dicho en este juicio" y que ni él ni sus compañeros de promoción, conocidos como "la Tandona", son "ni delincuentes, ni violadores de mujeres ni vulgares asesinos".