El duelo se ha batido en el pueblo natal de Macron, donde los trabajadores de la fábrica de electrodomésticos Whirlpool se encuentran en huelga.

Mientras Macron se reunía con representantes sindicales, Le Pen se ha presentado por sorpresa, recibida entre vítores, besos y fotos en las puertas de la factoría.

Le Pen ha hecho bandera de la defensa de la clase trabajadora frente a la globalización y ahí ha aprovechado para atizar a su rival.

"Que Macron no venga aquí, para reunirse con los huelguistas es una demostración de desprecio", ha declarado Marine Le Pen, candidata a la presidencia de Francia.

Ha movido ficha de inmediato su contrincante, Emmanuel Macron, señalando que Le Pen está utilizando esto con "fines políticos". Macron también se ha plantado allí, pero ha sido recibido con silbidos y abucheos.

Ha intentado así restar efecto al golpe de la ultraderechista, que ha dejado claro que la campaña será encarnizada.