A propósito de lo acordado durante la cumbre asiático-africana The Giants Club, celebrada este fin de semana en Laikipia (Kenia), sobre la lucha contra la caza furtiva, el Gobierno keniano ha programado una quema de marfil.

Si bien algunos lo consideran sólo un acto simbólico, lo cierto es que se trata de la mayor cantidad de marfil jamás destruida en una sola tanda: se incinerarán 105 toneladas, un 5% de las existencias de marfil a nivel mundial.

El director para conservación de elefantes en AFrica para el Fondo Mundial de la Naturaleza (WWF), Lamine Sebogo, asegura que para poner fin al tráfico de marfil es necesario poner en marcha soluciones locales y asegura que esta quema "atestigua el compromiso de líderes políticos de muy alto nivel para abordar el actual flagelo de la caza furtiva".

Sin embargo, añade que WWF "hace hincapié en el compromiso de las comunidades", según declaraciones recogidas por Radio France Internationale. "Las comunidades que viven junto a la fauna, esas comunidades que son vecinas inmediatas de especies que protegemos", explica. "Trabajamos para que esas comunidades reciban los beneficios vinculados a la gestión de las especies con las que comparten su medio", añade.

Para Segobo, la "idea" es asegurarse de que son las comunidades las "propietarias", las que "se comprometan, que se preocupen y sean los primeros interesados en la conservación de las especies de su medio ambiente".

No es la primera vez que Nairobi lleva a cabo una quema de marfil. El año pasado, en marzo, el presidente, Uhuru Kenyatta, encabezó una ceremonia en la que se calcinaron 15 toneladas de marfil y en la que participaron alrededor de un millar de personas. "Muchos de estos colmillos pertenecieron a elefantes que fueron masacrados sin motivo por criminales", aseguró entonces Kenyatta.