Con su sudadera azul con la palabra Houston, Jorge se ha ganado el cariño de todo México. No es rescatista profesional. Es un civil voluntario que, gracias a su complexión delgada, ha podido internarse en los escombros y salvar hasta cuatro niños sepultados en el colegio Enrique Rebsamen. Nadie sabe su apellido real, pero todos le conocen ya como Jorge Houston.

La ciudadanía ayuda con lo que puede. Alberto y su mujer han caminado más de 15 kilómetros para repartir bebida caliente. De alimentar con tacos a los brigadistas se encarga Avelino Rodríguez, un español dueño de un restaurante en Ciudad de México: "El venir fue una decisión de todo el equipo. Venir a apoyar, traer un granito de arena".

Lo importante es la ayuda que cada uno pueda aportar, como afirma la voluntaria Yajaila López: "Somos todos uno". Cansados, exhaustos, los brigadistas regresan a casa durante unas horas para descansar de las tareas de rescate.

Pero en la búsqueda de supervivientes también participan héroes de cuatro patas. Titán es un perro que ha salvado a 24 personas. Otros compañeros caninos han sufrido heridas entre las ruinas. Se dan así ejemplos de la solidaridad en duros días en los que México demuestra estar más unido que nunca.