Ha sido como colarse en Palacio y poder curiosear por los rincones. El documental muestra a una reina un poco despistada y desordenada, que nunca dice "hola" ni "adiós" y que colecciona piedras.
Durante el documental es inevitable que la vista se dirija hacia el escritorio. Una mesita con una montaña de papeles revueltos.
La Reina está en su casa de campo donde también recibe al Primer Ministro. Se encuentran en un salón privado. El mismo en el que también descansan sus perros y en el que la Reina tiene sus cosas, como su colección de piedras. Es una sala decorada a su gusto porque es donde pasa mucho tiempo. Tiene un radiador de flores, fotos, sus libros esparcidos encima del sofá y un cojín en el que se puede leer la frase 'es bueno ser Reina'
Y, por cierto, allá donde va la Reina, va una caja roja, a la que sólo ella tiene acceso. En esta caja es en la que guarda todos los papeles oficiales que recibe.
Isabel II trata con mucha gente. Tanta, que nunca dice ni 'hola' ni 'adiós', porque se pasaría el día diciéndolo. Hasta tiene sus trucos para conocer a todo el mundo. Cuatro secretarios tiran de tarjetitas para anunciarle quién es quién. Porque la Reina es algo despistada. Al cantante Robbie Williams le llegó a confundir en una ocasión y una de sus nueras explica que en más de una recepción se ha equivocado de silla.