Una explosión interrumpe a un reportero informando desde Alepo. Se disponía a contar que continuaba el plan de evacuación del este de la ciudad por segundo día. Se queda a la espera, sin saber bien qué hacer. La gente empieza a huir al ver que no cesa.

En ese momento, se ordenaba salir de allí a las organizaciones humanitarias. Los civiles que esperaban a ser evacuados, muy inquietos, se han tenido que volver a sus casas sin saber si volverá a haber otra oportunidad.

Ambos bandos se acusan mutuamente de haber roto el alto el fuego disparando contra autobuses. Además, no se ha llevado a cabo la evacuación de enfermos de las dos localidades chiíes asediadas por islamistas, y esto era una condición del acuerdo para evacuar la zona este de Alepo.

En total, se había logrado sacar a unas 8.500 personas, según cálculos del Observatorio Sirio de DDHH. 360 heridos o enfermos. Algunos han ido a parar a hospitales de Turquía; muchos de ellos son niños.

Assad celebraba su victoria: "Esto se merece más que la palabra enhorabuena". Por su parte, la comunidad internacional no pasa de las palabras. "Al Assad está llevando a cabo nada menos que una masacre", ha afirmado el secretario de Estado de EEUU, John Kerry.

Por su parte, Rajoy se ha limitado a decir que "deberán rendir cuentas". Mientras Rusia da por completada la evacuación, Turquía ha anunciado que tratará de reunir a ambos bandos para buscar una solución.