Hatice Cengiz, la pareja sentimental del periodista saudí Jamal Khashoggi, asesinado el año pasado en el interior del consulado del país árabe en la ciudad turca de Estambul, ha afirmado que la mayor compensación sería llevar a la justicia a los responsables de su asesinato.

Ocho meses después del asesinato del periodista, Cengiz ha asegurado que su asesinato se ha convertido en algo "grabado en la mente de la gente", según ha señalado en una entrevista para la agencia de noticias DPA, añadiendo que su muerte "hirió a gente en todas partes, no solo a mí".

"La justicia se hubiera producido si él no hubiera sido asesinado", ha manifestado. "Esta es una pregunta que no tiene respuesta, porque al final Jamal no volverá", ha indicado al ser preguntada si alguna vez se haría justicia.

La semana pasada la relatora especial de la ONU sobre ejecuciones extrajudiciales, Agnes Callamard, publicó un informe sobre el asesinato de Khashoggi, en el que se refiere a su muerte como una "ejecución premeditada" y considera que, pese a haber "numerosas teorías" sobre este caso, en ninguna de ellas "se altera la responsabilidad del Estado saudí".

Cengiz ha considerado que el informe es "valioso y esperanzador" y ha recalcado que es imposible "hacerle oídos sordos". "Este fue un asesinato muy brutal. Tal vez los perpetradores no esperaban que fuera revelado", ha aseverado.

"Para evitar incidentes como este en el futuro, los perpetradores deben ser castigados (...) los que dieron la orden deben rendir cuentas", ha subrayado. "Si no pasa nada, esto solo revelaría una vez más el poder del dinero. Por lo tanto, sería una gran decepción", ha añadido.

La pareja del periodista ha asegurado que tiene pensado decir al Consejo de Naciones Unidas que "tiene que tomar las medidas necesarias para evitar perder su legitimidad como institución". "No pueden actuar como si nada hubiera pasado. La institución se dañaría a sí misma al ignorar su propio informe", ha recalcado.

Khashoggi, un periodista crítico con la casa real saudí y que trabajaba para el 'Washington Post', desapareció el 2 de octubre tras entrar en el consulado saudí en Estambul para gestionar unos documentos. Arabia Saudí ha procesado a más de una decena de personas, sin que por ahora se hayan podido localizar los restos del periodista.