"No queremos que nos regalen, queremos cariño", dice Paca, de 93 años. A su lado, Cándida, de 92, asiente. Es imposible no enternecerse ante estas dos mujeres que, de la mano, cuentan cómo un proyecto pionero les ha servido para hacerse amigas y les ha ayudado a mitigar su soledad no deseada.

Porque las personas mayores sufren este mal de nuestra sociedad y, en especial, las mujeres. Esta es una de las conclusiones a las que ha llegado Soliedad, un proyecto pionero de la Universidad de Salamanca trata de abordar y combatir la soledad no deseada en la población mayor.

El proyecto ha ayudado a más de 60 personas mayores, como Paca y Cándida, las que cuentan a laSexta cómo ha cambiado su vida desde que son atendidas por los voluntarios y enfermeras en prácticas participantes en el proyecto. "Estoy loquita de contenta", destaca Cándida.

El CENIE, el centro para el estudio de la longevidad dependiente de la Fundación General de la Universidad de Salamanca, es el responsable de esta iniciativa piloto y pionera puesta en marcha en la ciudad de Zamora y para ello han contado con financiación europea.

Un total de 60 personas, con una media de edad de 76,85 años, han participado en el proyecto. La mayoría de ellas son mujeres (67,86%), de las cuales un 57% son viudas, un 64% viven solas. Además, el 40% del total de los participantes cuenta solo con educación primaria.

Identificar la soledad

Una de las tareas importantes que ha abordado este proyecto ha sido la de identificar a las personas que sufren la soledad. Sobre todo porque, a menudo, a estas mujeres y hombres les cuesta reconocerlo: "Cómo voy a decir que me siento sola si tengo hijos, si tengo familia", apunta Elisa Sala, investigadora del CENIE que ha liderado el proyecto.

Para ellos, apunta, Sala, una de las actuaciones clave está en implicar a agentes locales: parroquias, farmacias, centros de salud, con el ánimo de "ayudar en la identificación de personas mayores en soledad", añade. "Es necesaria una acción comunitaria", apunta Victoria, una de las voluntarias en el proyecto.

Además, y tras su experiencia, el proyecto ha identificado que los centros de salud y el personal sanitario "generan espacios seguros y de confianza para los mayores y que son agentes clave" en el abordaje de la soledad no deseada y con un papel fundamental en la detección de situaciones de riesgo.

Zamora es la provincia más envejecida de España y alberga un índice de un 326%, es decir, que hay 326 mayores de 64 años por cada 100 menores de 16. Paca y Cándida son dos de esos mayores, y ahora, y gracias a esta iniciativa, viven su vejez con el acompañamiento que merece. Que pasar de los 90 años es un reto ya en sí.