Una confusión entre el dron enemigo y uno propio que regresaba a la base. Ese podría ser el motivo por el que defensas aéreas estadounidenses no lograron evitar el ataque que este domingo se saldaba con la muerte de tres de sus soldados en Jordania.

Según recoge 'The New York Times', cita a dos funcionarios estadounidenses, el regreso de un dron de vigilancia a la base estadounidense habría generado confusión sobre si el dron que se acercaba en ese momento era enemigo o no, por lo que no se activaron las defensas aérea de forma inmediata. De acuerdo con el rotativo estadounidense, otros dos drones que atacaron localizaciones cercanas sí que fueron derribados.

Precisamente, el Departamento de Defensa de Estados Unidos ha hecho públicos este lunes los nombres de los tres militares fallecidos en el ataque de la víspera y ha elevado a 40 el número de heridos. Los fallecidos son el sargento William Rivers, 46 años; el especialista Kennedy Sanders, de 24 años; y la especialista Breonna Moffett, de 23 años.

Los tres estaban encuadrados en la 718ª Compañía de Ingenieros, una unidad de reserva del Ejército de Tierra con base en Fort Moore, Georgia, según ha detallado la subsecretaria de Prensa del Pentágono, Sabrina Singh. En cuanto a los heridos, Singh ha explicado que "la cifra seguirá fluctuando" debido a la influencia de las denominadas "lesiones cerebrales traumáticas" que hacen que los síntomas aparezcan más tarde. "Este número puede que siga aumentando", ha advertido.

La anterior cifra oficial, ofrecida por el Comando Central de las Fuerzas Armadas estadounidenses, apuntaba a 34 heridos en el ataque, perpetrado la noche del sábado al domingo contra la base Tower 22, situada en el lado jordano de la frontera entre Jordania y Siria. El ataque ha sido reivindicado por el grupo Resistencia Islámica de Irak y Washington lo considera obra de milicias apoyadas por Irán, por lo que ha advertido de que responderá.