Tres militares estadounidenses han muerto y decenas más han resultado heridos en un ataque con dron suicida lanzado presuntamente por milicias proiraníes la noche del sábado al domingo en Jordania, cerca de la frontera con Siria, según han informado las Fuerzas Armadas estadounidenses este domingo. El Gobierno jordano, no obstante, asegura que el ataque ocurrió fuera de su territorio, en Siria.

"Tres militares estadounidenses han muerto y 25 han resultado heridos en un ataque de un sistema aéreo no tripulado de una dirección que impactó contra una base en el noreste de Jordania, cerca de la frontera con Siria", indicaba en un primer momento un comunicado del Mando Central militar estadounidense. Posteriormente, el Pentágono elevaba los heridos a 40 este lunes, advirtiendo de que la cifra podría seguir aumentando.

Las identidades de las víctimas no se hicieron públicas en un primer momento "por respeto a las familias" y en concordancia con la política del Departamento de Defensa, que ha esperado 24 horas para difundirlas, tras notificar a sus familiares. Ya este lunes, los soldados fallecidos han sido identificados como el sargento William Rivers, de 46 años; el especialista Kennedy Sanders, de 24 años; y la especialista Breonna Moffett, de 23 años.

Por su parte, el Gobierno jordano defendía el domingo que el ataque fue dirigido contra una base de Estados Unidos en territorio sirio. "El ataque dirigido contra las fuerzas estadounidenses cerca de la frontera con Siria no ocurrió dentro de Jordania", ha afirmado en la televisión estatal el ministro de Comunicaciones Gubernamentales, Muhannad Mubaidín.

Comunicado de Biden

Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, trasladaba sus condolencias por el ataque, que atribuyó a "milicias radicales apoyadas por Irán" que operan en Siria e Irak, según un comunicado de la Casa Blanca. "Hoy duele el corazón de Estados Unidos", lamentaba. "Jill [Biden] y yo -y estadounidenses de todo el país- nos sumamos a las familias y amigos de nuestros caídos para llorar a estos guerreros caídos en este ataque despreciable y totalmente injusto", añadía el mandatario demócrata.

Biden destacó la "valentía inquebrantable" que personifican los militares fallecidos, "lo mejor de nuestra nación". "Su sacrificio jamás será olvidado (...). Arriesgaban su propia seguridad por la seguridad de sus compatriotas y de nuestros aliados en la lucha contra el terrorismo", agregaba. "Es una lucha que no cesará", prometía, lanzando una advertencia: "Vamos a seguir con su lucha contra el terrorismo y que no quepa duda, vamos a hacer que los responsables rindan cuentas".

Este es el primer ataque en el que mueren militares estadounidenses en Oriente Medio desde el inicio de la actual escalada del conflicto en Gaza. Sin embargo, son relativamente frecuentes los ataques contra bases estadounidenses en Siria e Irak y desde el 17 de octubre se ha informado de 158 incidentes, aunque ninguno de ellos grave.