Decenas de parejas de gais y lesbianas de Finlandia aprovechan la entrada en vigor de la ley del matrimonio homosexual para celebrar sus bodas civiles, pese al rechazo de los sectores más conservadores y de la Iglesia Evangélica Luterana, mayoritaria en el país. Finlandia, último país nórdico en legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo, equipara desde los derechos de gais y lesbianas a los de las parejas heterosexuales, lo que les permite casarse por lo civil, tomar el apellido del otro cónyuge y adoptar niños sin vínculos biológicos con la pareja.
Hasta ahora, la legislación finlandesa solo autorizaba a los homosexuales a registrar su unión como parejas de hecho y a adoptar a los hijos biológicos del otro miembro. El colectivo de homosexuales, bisexuales y transexuales (LGTB) de Finlandia ha organizado numerosos actos por toda la geografía nacional para celebrar el cambio legislativo.
El más llamativo es una boda colectiva en un teatro de Helsinki que contará con la presencia de destacados artistas finlandeses y en la que se unirán nueve parejas homosexuales, entre ellas la formada por el mexicano Raúl Medina y su novio finlandés. La nueva ley ha obligado a la Iglesia Luterana finlandesa a replantearse su postura respecto al matrimonio de personas del mismo sexo, aunque, de momento, su posición oficial sigue siendo la del rechazo.
"A pesar de que la ley ha cambiado, la enseñanza de la Iglesia sobre el matrimonio no lo ha hecho. La celebración de ceremonias eclesiásticas sigue concerniendo sólo a las bodas entre un hombre y una mujer", señala la Iglesia en su web. La Conferencia Episcopal luterana incluso advirtió a los sacerdotes que oficien bodas homosexuales de que "se atengan a las consecuencias" por desobedecer las órdenes de sus superiores, aunque no detalló las posibles represalias.
"Es muy posible que, pese a las directrices, algunos sacerdotes oficien ceremonias nupciales y lo que suceda después es difícil de predecir", declaró el arzobispo Kari Mäkinen a la televisión pública YLE. No obstante, el organismo eclesiástico ha encargado un amplio estudio sobre los posibles efectos de aceptar o rechazar el matrimonio homosexual, antes de dar su última palabra sobre el asunto, probablemente en 2018.
Pese a que Finlandia es un país mayoritariamente liberal, la ley del matrimonio homosexual ha recorrido un tortuoso camino hasta su entrada en vigor debido a las reticencias de su clase política. Tras varios intentos infructuosos por parte de diputados de izquierda, el asunto no fue debatido en el Eduskunta (Parlamento finlandés) hasta que en 2013 una iniciativa popular respaldada por 167.000 personas -más del triple de lo necesario- forzó su tramitación.
La propuesta dividió a la coalición de Gobierno y a los partidos políticos, pero finalmente fue aprobada en noviembre de 2014 por 105 votos a favor y 92 en contra, gracias a que los partidos dieron libertad de voto a sus diputados. Sin embargo, tras las elecciones de 2015 el partido ultranacionalista Verdaderos Finlandeses, uno de los tres socios del actual Ejecutivo, y los democristianos impulsaron una nueva iniciativa popular que pretendía abolir la ley antes incluso de su entrada en vigor.
Después de recoger más de 100.000 firmas, los ultraconservadores forzaron una nueva votación en el Eduskunta el pasado febrero, pero su propuesta fue rechazada por 120 votos en contra y 48 a favor. Actualmente, el matrimonio homosexual es legal en 22 países, ya sea en todo el territorio nacional o en algunas de sus regiones, según la Asociación Internacional de Gais y Lesbianas (ILGA). Estos países son Argentina, Bélgica, Brasil, Canadá, Colombia, Dinamarca, España, Estados Unidos, Finlandia, Francia, Holanda, Irlanda, Islandia, Luxemburgo, México, Noruega, Nueva Zelanda, Portugal, Suecia, Reino Unido, Sudáfrica y Uruguay.