La embajadora de Israel en España volverá a su puesto tras haber sido llamada a consultas en noviembre, cuando el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, cuestionó que Israel cumpla con el derecho internacional en su guerra contra Hamás, debido al alto número de víctimas en la Franja de Gaza. "La embajadora de Israel en España, la doctora Rodica Radian-Gordon, regresará a Madrid a principios de la próxima semana (...) tras una serie de declaraciones problemáticas de funcionarios de España", indica un comunicado de la Cancillería israelí.

"Ante la mejoría de los mensajes del Gobierno de España y la importancia de las relaciones entre Israel y España, se decidió que la embajadora regrese a Madrid y continúe promoviendo el derecho del Estado de Israel a proteger a sus ciudadanos contra la organización terrorista Hamás, y a ejercer presión internacional para la liberación de los secuestrados en la Franja de Gaza", ha añadido el parte.

Durante una gira en noviembre por Israel, los territorios palestinos y Egipto, Sánchez criticó el alto número de víctimas en Gaza por la guerra entre el Estado judío y el grupo islamista Hamás, que actualmente asciende a 22.438 muertos y 57.614 heridos -la mayoría niños, mujeres y ancianos-, según autoridades gazatíes, así como 1,9 millones de desplazados.

También se mostró firme con la propuesta española de reconocer a un Estado palestino, y avisó de que, si la Unión Europea no se ponía de acuerdo, España tomaría "sus propias decisiones". Pocos días después, Sánchez volvió a la carga en una entrevista en TVE, en la que aseguró tener "francas dudas de que (Israel) esté cumpliendo con el derecho internacional humanitario" en su ofensiva en Gaza.

El 30 de noviembre, el Ministerio de Exteriores de Israel calificó de "indignantes" las declaraciones de Sánchez, y llamó a consultas a su embajadora en España. También convocó para una "reprimenda" a la embajadora española en Tel Aviv. Israel declaró la guerra a Hamás el 7 de octubre, tras un masivo ataque del grupo islamista, que incluyó el lanzamiento de cohetes y la infiltración simultánea de miles de milicianos que masacraron a unas 1.200 personas y secuestraron a otras 250 en poblaciones cercanas a Gaza.

Desde entonces, el Ejército de Israel ha lanzado una fuerte ofensiva por aire, tierra y mar contra el enclave palestino, donde los supervivientes afrontan una crisis humanitaria sin precedentes por el colapso de los hospitales, el brote de epidemias y la escasez de agua potable, alimentos, medicinas, electricidad y combustible. Pese a la creciente presión internacional, no se vislumbra un cese del fuego a corto plazo.