Casi cuatro días después del accidente, los cadáveres de las víctimas del avión derribado en el Este de Ucrania continúan en vagones refrigerados, protegidos por los rebeldes prorrusos, para ser analizados por los forenses. Por otro lado, no se sabe realmente en manos de quién están las cajas negras, pese a que los rebeldes dicen estar en posesión de ellas, ni quién lanzó el misil. Sin embargo, el gobierno ucraniano declara tener fotografías del momento del lanzamiento del misil y, por tanto, de los culpables de derribar el avión malasio.