El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha acusado este miércoles a la Policía local de Louisville (Kentucky) de violar los derechos civiles, después de una investigación de dos años iniciada a raíz de la muerte, en 2020, de la afroamericana Breonna Taylor por disparos de la policía.
Los hallazgos han sido anunciados en una rueda de prensa por el fiscal general, Merrick Garland, que ha calificado la conducta de los agentes como "desgarradora". Tras su análisis, el departamento ha concluido que los agentes de la localidad "utilizan una fuerza excesiva, incluidas sujeciones de cuello injustificadas y el uso sin razón de perros policiales y armas táser", según el texto de la investigación.
Además, ha acusado a las fuerzas de seguridad de ejecutar órdenes de registro sin llamar a la puerta y de discriminar contra los ciudadanos afroamericanos o la gente con discapacidad.
Breonna Taylor murió en 2020 en su casa, durante una redada policial antidroga. Los agentes tenían una orden de registro "sin llamada", que les permitía entrar en el apartamento sin identificarse. Este tipo de órdenes se prohibieron en la ciudad después del suceso.
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Una vez la redada se puso en marcha, los agentes irrumpieron en la vivienda, donde la mujer estaba con su novio, que poseía legalmente un arma y abrió fuego al pensar que eran ladrones. Los policías respondieron disparando y matando a Taylor. Su muerte el 13 de marzo del 2020 se produjo meses antes del asesinato del afroamericano George Floyd, en mayo de ese mismo año, que desencadenó la mayor ola de protestas y disturbios raciales en EE.UU. desde la década de los 60 del siglo pasado.