Boris Johnson tiene dos conejos bajo la chistera para intentar salir airoso del 'Partygate'. Según publica el diario 'The Sunday Times', el primer ministro británico planea una limpia de cargos importante, además de un paquete de medidas "populistas" denominada 'Operación carne roja'.
El dominical adelanta que Johnson tiene entre ceja y ceja a sus dos colaboladores más cercanos: Dan Rosenfield -su jefe de gabinete- y Marin Reynolds -secretario personal-. A ambos les achaca no haber sido capaces de que las informaciones sobre las fiestas del Gobierno británico salieran a la luz.
Además de esta 'limpieza', Johnson plantea medidas como prohibir el consumo de alcohol en Downing Street o congelar la tasa que pagan los ciudadanos para financiar la BBC, así como poner al ejército al frente de la lucha contra la inmigración irregular en el canal de la Mancha.
Johnson, de manera adicional, podría levantar las restricciones contra el coronavirus el 26 de enero y agilizar las listas de espera en la Sanidad pública.
Este 'Partygate' ha obligado a Johnson a pedir disculpas a la reina Isabel II, con dos fiestas que tuvieron lugar en pleno luto nacional por la muerte de Felipe, así como otras disculpas en el Parlamento británico.
Fue bajo el mandato de David Cameron cuando se instauró la tradición de cerrar la semana con 'los viernes del vino', pero la costumbre no solo perduró durante los peores días de la pandemia, sino que el alcohol pasó de llegar en una maleta a hacerlo en una nevera con capacidad para 34 botellas.
"El primer ministro está arrepentido por lo que ha sucedido, pero también está decidido a garantizar que no vuelva a suceder y a abordar la cultura subyacente en Downing Street", aseguró Dowden, exministro de Cultura, en una entrevista en la BBC.