El fiscal instructor, Michael von Hagen, informó de que el sospechoso confesó el jueves durante el interrogatorio haber llevado a Mohamed inmediatamente después de secuestrarlo en un centro de registro de refugiados a la casa que comparte con sus padres en Jüterborg, en el "Land" de Brandeburgo, que circunda Berlín.
Dijo haber abusado de él esa misma noche y a la mañana siguiente, y que cuando comenzó a "lloriquear" porque "quería marcharse de allí", lo estranguló con un cinturón "para hacerlo callar", agregó. Después lo metió en una bañera en el desván y la cubrió con arenilla para gatos, de manera que el cuerpo quedó prácticamente oculto, describió.
Según el fiscal instructor, la autopsia, que se prolongó durante ocho horas después de tener que proceder con extremo cuidado para no eliminar pruebas, confirma que el menor fue asesinado poco después de su secuestro.
El presunto asesino, Silvio S., empleado en una empresa de seguridad en la localidad de Teltow, reconoció también haber secuestrado y asesinado a otro niño, Elias, desaparecido desde el pasado 8 de julio de Potsdam, capital de Brandeburgo, agregó.
El fiscal jefe de Potsdam, Heinrich Junker, señaló por su parte que el sospechoso dibujó un esbozo del lugar en el que enterró al menor de seis años. Los equipos forenses desplazados a ese sitio hallaron efectivamente un segundo cadáver, empaquetado y enterrado en un huerto-jardín, presuntamente el niño desaparecido el pasado julio.
El fiscal había avanzado ya que "existe la sospecha de que Silvio S. secuestró y asesinó a Elias", aunque para certificar este extremo deberá esperarse a los resultados de una segunda autopsia. La imagen del detenido era conocida en Alemania desde poco después de la desaparición de Mohamed, ya que la policía difundió un vídeo grabado por cámaras de vigilancia del recinto.
En las imágenes se veía al hombre alejándose junto con el niño del centro de registro para peticionarios de asilo de Berlín, donde estaba con su madre y sus hermanos hasta que desapareció. El hombre, de 32 años, fue detenido el jueves en Jüterbog, después de que su madre lo reconociera en las imágenes, hablara con su hijo y llamara a la policía.
Según informaron el jueves la policía y la fiscalía, el hombre confesó los hechos y el cadáver del niño bosnio fue hallado en un maletero de su coche, medio cubierto de arenilla para gato.