Representantes de casi 200 países han acordado este miércoles, en el marco de la cumbre climática COP28, comenzar a reducir el consumo global de combustibles fósiles para evitar un agravamiento de los efectos del cambio climático. Este pacto, sin precedentes, supone un serio paso hacia el eventual fin de la era del petróleo. El acuerdo, alcanzado en Dubai tras dos semanas de intensas negociaciones, pretende enviar una señal contundente a inversores y impulsores de ciertas políticas: el mundo está ahora unido en su deseo de romper con los combustibles fósiles.

Se trata de un paso sobre el que, precisamente, los científicos llevan años advirtiendo como última y necesaria esperanza para evitar una catástrofe climática que ya está sobre nosotros. "¡Hecho! ¡El acuerdo demuestra que París cumple y que podemos ir más allá!", ha celebrado en redes sociales la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, quien poco antes dejaba constancia de la importancia de llegar a un acuerdo como el que se ha alcanzado: "Todo el mundo debe hacer su parte y fijar las sendas para conseguir que la respuesta sea compatible con la seguridad climática. Tenemos que dejar atrás los combustibles fósiles".

"Hay muchas referencias muy relevantes sobre cómo hacerlo, se están sentando las bases de una nueva etapa que nos permita conocer cómo evoluciona la oferta y la demanda [de esta cuestión]", apuntaba Ribera, ahondado en los pasos necesarios para acercar los objetivos previstos en la cumbre: "Una transición justa a escala global en la que los países productores y consumidores de combustibles fósiles puedan hacer el mejor de sus esfuerzos garantizando un impacto positivo en los trabajadores y consumidores, y evitando situaciones de tensión con desajustes en unos y otros aspectos. Hay que empezar una nueva carrera para que todos los flujos financieros sean compatibles con la seguridad climática".

De una manera muy similar se ha expresado, superado ya el desafío de aceptar un objetivo común, el ministro de Asuntos Exteriores de Noruega, Espen Barth Eide. "Es la primera vez que el mundo se une en torno a un texto tan claro sobre la necesidad de transitar lejos de los combustibles fósiles", ha indicado el titular sobre el texto consensuado, reconociendo que este ha sido el punto más crítico de toda la COP28: "Ha sido el elefante en la habitación. Finalmente, lo abordamos de frente". Tras el acuerdo se han dado aplausos dentro de la apertura del plenario. Y con razón, pues no ha sido ni mucho menos fácil esta unidad.

¿Falta de ambición?

Más de 100 países habían presionado intensamente por un texto tajante en el acuerdo de la COP28 para "eliminar gradualmente" el uso de petróleo, gas y carbón, pero se encontraron con una fuerte oposición del grupo liderado por Arabia Saudita y la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que argumentó que el mundo era capaz de reducir las emisiones sin renunciar a combustibles específicos. Esta batalla extendió la cumbre hasta el miércoles, si bien, ahora que se ha alcanzado el acuerdo, los países son responsables de cumplir con los compromisos a través de políticas nacionales e inversiones.

El acuerdo propuesto insta específicamente a "transitar lejos de los combustibles fósiles en los sistemas de energía, de manera justa, ordenada y equitativa... para lograr emisiones netas cero para 2050 de acuerdo con la ciencia". También llama a triplicar la capacidad de energía renovable a nivel mundial para 2030, acelerar los esfuerzos para reducir el carbón y acelerar tecnologías como la captura y almacenamiento de carbono que pueden limpiar industrias difíciles de descarbonizar. Una serie de promesas a la que no han tardado en reaccionar distintos organismos y personalidades; entre ellos, el secretario general de la ONU, António Guterres.

"Es importante que se reafirme claramente la necesidad de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5°C, y que esto requiere reducciones drásticas de las emisiones en esta década. Por primera vez, se reconoce la necesidad de abandonar los combustibles fósiles, después de muchos años en los que el debate sobre esta cuestión estuvo bloqueado", ha celebrado Guterres. Sin embargo, hay quienes creen que lo acordado podría no ser suficiente. "Al término de la COP28, reiteramos que el nivel actual de concentraciones de gases de efecto invernadero nos coloca en el camino de un aumento de las temperaturas muy por encima de los objetivos de los Acuerdos de París para finales de este siglo", han recordado desde la Organización Meteorológica Mundial (WMO).

Para tener un planeta habitable se necesita extinguir el uso de todos los combustibles fósiles"

El exministro de Ambiente de Perú y responsable de Clima Global y Energía de la organización WWF, Manuel Pulgar-Vidal, ha reconocido por su parte el valor de que el mundo "transicione para alejarse de los combustibles fósiles", pero cree que se queda corto del "consenso para la extinción del carbón, petroleo y gas". El planeta, pues, "está tocado, pero no hundido", ha razonado el que en su momento fue presidente de la COP20 de Lima, antes de señalar que el acuerdo de Dubai es "significativo" y puede señalar el inicio real "del fin de la era de los combustibles fósiles".

No obstante, ha advertido: "Es desafortunado que con la inclusión de la expresión "sin mitigar", el resultado sugiera que hay algún papel para peligrosas distracciones, como la captura de emisiones de carbono a gran escala y su almacenamiento, o 'los combustibles de transición'. Ese no es el caso. Para un planeta habitable necesita extinguir el uso de todos los combustibles fósiles". La organización Red de Acción Climática (CAN, en inglés) también ha subrayado que la decisión "pone en el candelero a los verdaderos culpables de la crisis climática: los combustibles fósiles". "Un cambio de rumbo, alejado del carbón, petróleo y gas, ha sido trazado", ha indicado Harjeet Singh, jefe de política estratégica global de la organización.

Sin embargo, desde CAN se han criticado los "agujeros" que el acuerdo ofrece a la industria de los combustibles fósiles, para "escapar", respaldada por "tecnologías sin comprobar e inseguras". También ha subrayado que los países en desarrollo que dependen de los combustibles fósiles "han quedado sin garantías robustas de apoyo financiero ante su urgente y justa transición a la energía renovable". Y en esta línea, Marcio Astrini, secretario ejecutivo del Observatorio Climático de Brasil, ha resaltado que este acuerdo es "fuerte en señales, pero débil en contenido", mientras que Joab Okanda, consejero climático de Christian Aid, ha manifestado que "la era de los combustibles fósiles llega a su fin, pero aún no hemos puesto el clavo en el ataúd".