España se enfrenta al que podría ser el día más caluroso de la historia del país desde 1941, superando al 10 de agosto de 2012, cuando se alcanzaron los 37,87ºC de media. De los 10 días de temperaturas máximas más altas de media en todo el país desde 1941, tres pertenecen a 2021, un hecho que constata el calentamiento global.

Este miércoles, la alerta roja que ayer ya existía en Ourense se extiende a otras dos provincias: Badajoz y Sevilla. No obstante, hasta 45 provincias están en avisos por las temperaturas extremas que dejará el pico de esta segunda ola de calor en apenas un mes.

Los récords se sucederán en diversos puntos del país, que actualmente es el lugar más caluroso de nuestro continente, albergando temperaturas de hasta 47ºC en algunas ciudades. En concreto, se espera que Ourense llegue a los 43ºC, Madrid, Valladolid, Zamora y Palencia superen los 40ºC y León y Burgos alcancen los 39ºC. En el caso de Madrid, se espera que sea el día más cálido desde 1920.

Las altas temperaturas llegarán incluso a puntos que hasta el momento se han considerado refugios térmicos. De hecho, hay aviso naranja en algunos de los picos más altos del país, pudiendo producirse esta madrugada la primera noche tropical en el Puerto de Navacerrada.

De hecho, 32 capitales de provincia y las dos ciudades autónomas de Ceuta y Melilla no han bajado de los 20 grados esta madrugada. De entre todas, destaca Cáceres con 27,6 grados de mínima la noche de este martes al miércoles.

El calor perdurará así cuando caiga el sol y este noche se espera la peor de toda la ola de calor, con mínimas de hasta 30ºC en el valle del Guadalquivir. Unas cifras que, de confirmarse, podrían marcar récords. Este jueves se espera que las temperaturas incluso suban, excepto en el norte. No obstante, se podrían ver rebajadas por la calima.

'La cúpula del calor', culpable de que las altas temperaturas se alarguen

Esta ola de calor se va a alargar, y el motivo es el efecto de la cúpula de calor. Este fenómeno provoca que el calor se quede cerca de la superficie a causa de un anticiclón potente que hace de tapadera a unos seis kilómetros de altura desde la superficie, atrapando el calor en el interior.

De este modo, el aire caliente baja y, al tocar la superficie, rebota hasta alcanzar el anticiclón. Así, el calor queda atrapado en un ciclo de retroalimentación.