La crisis económica pasa factura no solo a la ciudadanía sino también a la clase política, que en los últimos años ha visto cómo su imagen se ha deteriorado considerablemente. Una palabra que está en boca de todos es "regeneración democrática".

En Italia el nuevo primer ministro Enrico Letta quiere que una de las primeras medidas que se aprueben sea la de eliminar la financiación estatal a los partidos políticos. Quieren hacerlo de forma gradual y reemplazarlo por un sistema basado endonaciones de particulares. De esta manera, las formaciones tendrán que convencer a los ciudadanos para que les financien.

España, como Italia y el resto de Europa tiene una financiación mixta, recibe dinero público y privado. Lo que varía de uno a otro es el porcentaje, ya que en nuestro país más del 80% sale del contribuyente.

En este año los partidos en España recibirán casi 66 millones de euros de los presupuestos generales. De ahí quedan fuera los gastos electorales, más de 44 millones, y de seguridad, unos tres millones. Por lo que PP y PSOE recibirán entre los dos cerca de 50 millones de euros.

Si esta medida se implanta en Italia, ¿España podría seguir sus pasos?. En octubre del año pasado se modificó la ley de financiación y se redujo aproximadamente un 40% las subvenciones estatales a los partidos. Como en todo, hay corrientes que piden que se elimine por completo y hay otros que creen que no se debe hacer porque la financiación privada hará que se influya en las políticas que adopte el gobierno.

Juan Carlos Jiménez, del Instituto de Estudios de la Democracia CEU-San Pablo piensa que "si los partidos pudieran financiarse por sus militantes sería lo mejor, es decir, que aquella parte de la sociedad que considera que el partido político les representa financie sus actividades".

Para algunos es un modelo, aunque otros piensan que este tipo de financiación puede corromper al político. Manuel Villoria, Catedrático de Gobierno y Administración Publicas de la Universidad Rey Juan Carlos opina que "la financiación pública da más autonomía sin lugar a dudas a los partidos políticos para que definan políticas sin estar de alguna forma capturados por intereses privados"

Éste es uno de los objetivos de la futura ley de transparencia, con la que también tratarán de restaurar la confianza ciudadana en sus políticos e instituciones.