No pueden hacer frente al pago de las cuotas de los créditos universitarios que pidieron a través del ICO. Préstamos en condiciones muy ventajosas, pero que tenían letra pequeña. Por ejemplo: algunos no pueden optar a un trabajo en el extranjero porque eso les obligaría a renunciar al periodo de carencia. Periodo que ha empezado a vencer ahora y que para muchos, en paro, como tantos jóvenes, es imposible de asumir.

David muestra a las cámaras de laSexta el contrato. Explica que "este es el contrato que yo firmé, seis meses, debo de empezar a pagarlo, este mes, o sea, ya". Pero David no tiene dinero. Pidió un crédito universitario de 8.300 euros en 2010 para estudiar un Master. Entonces creía que encontraría un empleo y que podría pagarlo, pero la situación hoy es otra.

"La publicidad que hacía el Ministerio era estudiar es el futuro"

David asegura que "no encuentro trabajo, yo estoy viviendo de la caridad de la gente, de la caridad de mis amigos y yo no puedo pagar 150 euros al mes. Ese dinero lo necesito, que ni siquiera me llega, para comer". Es uno de los afectados por los préstamos 'renta universidad'. Nacieron en 2007, con condiciones muy ventajosas para facilitar la formación de los jóvenes David añade que "toda la publicidad que hacía el Ministerio era eso: estudiar es el futuro".

Pero las condiciones se fueron endureciendo. De una deuda que podría llegar a extinguirse en la primera convocatoria, a un préstamo con intereses y que limita la salida al extranjero. Davis concluye "o sea, que si te vas de España, lo devuelves".

Ishtar Peraza, es otra de las damnificadas por estos préstamos. Debe un total de 14.300 euros. Explica que vive "en casa de mi madre y buscando trabajo ya ni de lo mío, ya no aspiro a conseguir trabajo de lo que he estudiado, sino cualquier trabajo".

"Si te vas de España, lo devuelves"

Precisamente, las cifras de paro y desempleo juvenil podrían ser las alegaciones de algunos afectados para pedir una condonacion parcial de la deuda. Una circunstancia extraordinaria, que deberá estudiar el Ministerio.

Mientras, otros como José, han tenido que recurrir al apoyo familiar para pagar. Pidió un préstamos de 20.800 euros. Asegura que "yo pedí el préstamo para tener una autonomía, poder emanciparme, pagar el préstamo y me veo en la situación contraria básicamente. No sé, una condena a la indigencia".

Piden al Ministerio de Educación que medie para cambiar las condiciones. Pero el Ministerio echa balones fuera alegando que lo firmó el Gobierno anterior y que es un contrato entre el estudiante y el banco. Ya han empezado los primeros cobros y sin trabajo ni propiedades, si no pagan, el embargo podría ir sobre sus nóminas futuras.