El nuevo precio de la bombona de butano que entra en vigor este martes será de 18,58 euros, impuestos incluidos, lo que supone un descenso de 0,97 euros por bombona frente al precio en vigor desde hace seis meses de 19,55 euros. Es decir, un 5% menos que hace medio año.

Según la resolución publicada en el BOE, se trata de la primera bajada desde noviembre de 2020 y se produce frente al límite de 19,55 euros fijado por el Gobierno para atenuar el impacto de la guerra en Ucrania. Este nuevo precio, que se aleja del máximo histórico vigente, estará en vigor durante dos meses, hasta el tercer martes de enero, cuando se revisará de nuevo según las cotizaciones internacionales.

¿Cómo se calcula el precio?

Esta revisión bimensual del precio se calcula en función del coste de la materia prima (propano y butano) en los mercados internacionales, así como del coste de los fletes (transporte) y la evolución del tipo de cambio euro-dólar. Por otra parte, dicha revisión del precio, al alza o a la baja, está limitada al 5%, acumulándose el exceso o defecto de precio para su aplicación en posteriores revisiones.

Este bimestre la cotización de las materias primas ha sufrido un descenso del 10%. En cambio, el coste de los fletes ha tenido una subida del 24% y el dólar ha continuado apreciándose respecto al euro (+2,8%). Antes del récord histórico de 19,55 euros alcanzado por la bombona hace seis meses, el anterior récord era de marzo de 2015, cuando se alcanzaron los 17,5 euros. El mínimo se produjo en julio de 2016, cuando bajó hasta los 11,27 euros.

El precio regulado afecta a las bombonas de butano que más comúnmente utilizan los hogares, envases con carga igual o superior a ocho kilos e inferior a 20, cuya tara sea superior a nueve kilos. Se trata de una mezcla de hidrocarburos, principalmente compuesta de butano, que sirve como alternativa al gas natural para su consumo energético en envases a presión, especialmente en poblaciones o núcleos urbanos sin conexión a la red de gas natural.

Actualmente se consumen 68 millones de envases de GLP de distintas capacidades, de los cuales 53 millones se encuentran sujetos al precio máximo regulado (el 78%). Se trata de un combustible en retroceso ya que desde 2009 el consumo total de estas bombonas ha descendido más de un 20%.