El desplome de Fitonovo tiene mucho que ver con la operación 'Madeja', que instruye la jueza Alaya y con la declaración que ante ella hizo José Antonio González.
Era el administrador de la empresa y aseguró, al igual que ya había hecho su padre, que se pagó para pescar contratos municipales en un ayuntamiento controlado por PSOE e Izquierda Unida.
Siempre según la declaración del administrador, en ocho años Fitonovo se gastó unos 700.000 euros en mordidas. La mitad se lo habría embolsado el responsable de parques y jardines del consistorio sevillano el resto se gastaron en cosas dispares: presuntos pagos a Izquierda Unida, compra de coches, pago de nóminas y teléfonos, ventanas, la reforma de una sede del PSOE, ordenadores e incluso viagra.
A cambio, Fitonovo habría recibido el encargo de construir once campos de césped artificial, también la gestión de varios jardines contratos sobre los que tiene su lupa la jueza Alaya.
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