Son aclamados por millones de personas en la red y cuando triunfan, también lo hacen en el mundo no virtual. Bloguers o youtubers de éxito a quien Hacienda ha comenzado también a seguir. "El contribuyente tiene que justificar a que corresponden esos ingresos", señala Vanesa Rodríguez, asesora fiscal.

La clave está en cuantos más seguidores y visitas, más ingresos, información que la Agencia Tributaria rastrea para reclamar los impuestos. "En la mayoría de casos por desconocimiento no se declara cuando sí que constituye o puede constituir una actividad económica", asegura Javier Abril, abogado.

Los que más ganan son los youtubers: unos 10.000 euros por medio millón de seguidores y si el vídeo tiene un millón de visitas, facturan 1.000 euros por pieza.Así que con una cuenta que sube a un ritmo frenético, como ya publicó 'Voz Pópuli' algunos deciden trasladar su residencia a Andorra porque allí solo tributan el 10%.

A estos ingresos hay que sumar los contratos publicitarios. Un negocio que nadie se quiere perder, y se dio cuenta el repartidor del 'cara anchoa'.Después de darle una bofetada a un youtuber le reclama ahora más de la mitad de las ganancias.