El problema de la precariedad en el entorno laboral está a la orden del día en España. Se observa en casos como el de Lupe, que dejó su anterior trabajo en un restaurante harta de las condiciones: "Cobraba 800 euros, nada de 1.000. Trabajaba más de ocho horas, pero las otras ni se ven". Los bajos sueldos y las horas extra se suelen asociar con la precariedad, pero no son los únicos factores a tener en cuenta.

Así lo plantea el sindicato de Comisiones Obreras, que en un estudio ha establecido otros cinco indicadores con los que reconocer a un trabajador precario. Entre ellos, la sobrecualificación. Es la situación en la que se encuentra Matías, diseñador gráfico que trabaja en un restaurante y con quien ha hablado laSexta: "No tuve la opción de meter la cabeza en un puesto de trabajo fijo y tuve que buscarme otras salidas".

Según este inédito informe, casi la mitad de los españoles reúne varios puntos de esos indicadores, por lo se puede definir como trabajador precario. En contraposición, solo el 28% de los encuestados no sufre ninguna de esas condiciones. "Es un dato demoledor. En España no solo hay muchos trabajadores y trabajadoras precarias, sino que los que lo son, lo son en niveles de intensidad severa", ha afirmado Unai Sordo, secretario general de CCOO.

Con estos datos, ¿cómo saber entonces si formamos parte de ese alto porcentaje de trabajadores en situación precaria que denuncia el sindicato? Teniendo en cuenta algunos de los indicadores que se recogen en ese documento: cobrar menos de 1.000 euros, tener un contrato temporal o parcial no buscado, la sobrecualificación frente al trabajo actual que se ocupa, cumplir las horas extra extendidas y no devueltas o no pagadas.

Si se cumplen estas condiciones en nuestra situación laboral, entonces ocupamos un puesto precario. "Te ofrecen un contrato de determinadas horas, al final te tienes que quedar un poco más de las que te tocan. Era muy complicado que me pagaran las extra, muchas veces ni lo hacían, o no tenía propinas", han relatado a laSexta dos trabajadoras sobre las malas condiciones laborales que han sufrido.

Precisamente, esa precariedad es mucho más elevada entre las mujeres (54% del total) y se dispara entre los jóvenes (75%) y los inmigrantes (67%). Por comunidades, se supera con creces la media en Canarias y Andalucía. "Se requieren mis conocimientos profesionales, pero al final la naturaleza del trabajo y las condiciones son propias de trabajos no cualificados", ha lamentado un joven malagueño. Una precariedad que el sindicato asegura que se multiplicó tras aprobarse la reforma laboral del 2012.