Después de haber trabajado en la banca durante 9 años, Mercè lleva 13 meses en paro. En el Albergue para Temporeros de Torres de Segre (Lleida), se encarga de ayudar a los temporeros con el alojamiento. No es un trabajo, porque continúa en paro. Se trata de una colaboración social.

Jesús Quiroga, Director de la Red Ocupacional de Catalunya, destaca que "cualquier entidad local, ayuntamiento o administración puede pedir una persona que esté inscrita en las oficinas de trabajo para hacer un proyecto concreto con una finalidad social".

Los parados que no perciben ningún subsidio por desempleo no pueden acogerse a la medida

David lleva en paro 6 meses. En el Albergue se encarga de arreglar averías y de ayudar en la gestión. Él también agradece volver a tener una rutina.

La crisis ha hecho que este sea el segundo año que las comarcas frutícolas de Lleida echen mano de colaboradores sociales parados para asistir a los temporeros porque, aseguran, no hay dinero para contratos públicos.

El complemento económico que reciben, hasta llegar al sueldo base que cobraban antes de caer en el paro, ya no va a cargo de los ayuntamientos, como antes, sino de la diputación de Lleida. Por lo tanto, los ayuntamientos no aportan dinero, cubren las plazas de trabajadores que han necesitado siempre, pero por menos dinero.

Los sindicatos critican que esta situación puede llevar a que los ayuntamientos abusen y empiecen a hacer colaboraciones sociales para evitar tener que pagar sueldos a precio de mercado.

Laura Pelaig, de UGT Catalunya, afirma que les preocupa "que puedan proveer de mano de obra barata a los ayuntamientos".

Durante los cuatro meses que dure la temporada de la fruta, David y Mercé no dejarán de estar en paro, pero sí, de estar parados.