Los chiringuitos, los bares de la costa y los festivales playeros tienen que rendir cuentas a los centenares de inspectores que les miran con lupa por si alguno de sus empleados no está dado de alta en la Seguridad Social o cobra indebidamente el paro. El fraude en la hostelería, según Trabajo, puede llegar al 40%.
Y es que el fraude no entiende de vacaciones, al menos eso piensan los inspectores de Hacienda y de trabajo que este verano no dudan en visitar bares y chinringuitos en nuestras playas.
Los inspectores buscan cualquier tipo de irregularidad. Especialmente trabajadores que no estén dados de alta en la Seguridad Social o que estén compatibilizando su trabajo con la prestación de desempleo.
Muchos hosteleros no ven bien estas inspecciones en temporada alta, y otros piensan que deberían centrarse en aquellos que hacen actividades ilegales.
Las playas no han sido el primer objetivo en la lucha contra el fraude. La feria de Sevilla y las fallas de Valencia ya fueron miradas con lupa por los inspectores.
Durante este año se esperan más 250.000 visitas de inspectores a los centros de trabajo.
EL FRAUDE EN LA HOSTELERÍA PUEDE LLEGAR AL 40%