Hiela la sangre leer y escuchar testimonios de ucranianos que están sufriendo los estragos de la guerra en su propia piel. Lidiar a diario con bombardeos, sonidos de disparos, la tensión de no saber qué pasará cuando caiga la noche... la situación es devastadora.

En las últimas horas ha corrido como la pólvora en redes sociales el testimonio de Ayuna Morozova, entrenadora de la Federación Ucraniana de Natación.

Morozova, voluntaria social en la guerra, quedó sepultada durante dos horas después de verse envuelta a un bombardeo ruso.

En su cuenta de Facebook, la entrenadora ha relatado su calvario: "Estaba en el edificio HODA, en el primer piso de la segunda oficina de la calle Ivanova, trabajaba como voluntaria sirviendo comida a los soldados y lo seguiré haciendo. No puedo quedarme al margen, éste es mi país, donde planeo llegar a ser Ministra de Juventud y Deportes".

"Estuve bajo los escombros durante dos horas y recé a todos los dioses, en todos los idiomas que conozco. No podía moverme y gritaba, pensando que moriría enterrada viva, y casi nunca lloro", señala la seleccionadora.

"Me encontraron en el sótano. ¡Dios bendiga a mi salvadora Zhenya, que escuchó mis llantos y me habló! ¡Exigiste que continuaran buscándome y ayudaste a desenterrar a otros y me encontraste! Te quiero", añade.

Andrii Vlashkov, presidente de la Federación Ucraniana de Natación, ha querido manifestarse al respecto y condenar los hechos: "No gozaba de buena salud. Es una persona pacífica, muy activa en el deporte... y ahora esto. Es terrible lo que está pasando".