Orlando Ortega ha explicado que cuando llegó a España hace ya seis años llegó a estar "al borde de la depresión", pero que a base de esfuerzo logró mejorar su situación personal y profesional hasta su gran éxito en los Juegos de Río, donde se proclamó subcampeón olímpico, un éxito que tratará como mínimo de igualar el próximo verano en Tokio.
"Yo salí de Cuba y llegué a un país nuevo donde no conocía prácticamente a nadie, no tenía nada. Llegué a estar al borde de la depresión, me paré a pensar si había tomado una buena decisión, no creía que la hubiera tomado. Pero me senté y me dije: 'Ya estás aquí, ahora sólo para adelante, el siguiente paso es hacerlo bien y lo voy a hacer bien porque me he sacrificado, voy a seguir entrenando todavía más duro y cuando salga a competir, lucharé por mis sueños'", rememoró Ortega en una entrevista a la web oficial de la RFEA.
A esa evolución positiva también colaboró "una persona muy especial", su novia. "Me ayudó mucho en ese aspecto, pues yo era una persona muy negativa. Me decía: '¿Por qué no lo vas a lograr? No te puedes derrumbar porque al primer día no te salgan las cosas. No pares hasta que logres tu objetivo'. Si yo hubiese sido una persona más negativa, después de lo que me pasó en Belgrado hubiera terminado con el atletismo. Pero me dije que no había que rendirse. Hay otras metas y otros sueños", reflexionó.
Ortega hacía referencia a lo ocurrido en 2017 en la final del Europeo en pista cubierta de Belgrado, donde un tropezón con la penúltima valla le hizo caer hasta la séptima posición. Superada aquella decepción, ahora cierra un gran 2019 donde destaca el bronce en el Mundial de Doha, donde tan solo el empujón del jamaicano Omar McLeod le impidió aspirar a más.
"Han sido 13 victorias de 14 ó 15 carreras más las de invierno, que fueron otras 11 de 12. Resumiendo, creo que la temporada ha sido espectacular. Si no llega a ser por el incidente, cualquier cosa habría pasado. Podría haber corrido por debajo de 13:10", rememoró sobre aquella final mundialista.
De cara a 2020, el atleta de Artemisa destacó que "obviamente los Juegos Olímpicos son lo mejor y más importante" que tienen todos los deportistas por delante, pero añadió que la Liga de Diamante también le "ilusiona mucho". "Para mí es la competición principal, me gusta y es la que más me motiva. Cada vez que tengo una carrera en la Liga del Diamante es como si se me encendiera la chispa, quiero estar ahí y hacerlo lo mejor posible", subrayó.
Preguntando por si prefiere triunfos o marcas, el vallista se decantó por lo primero. "Entrenamos todo el año para rebajar mi marca personal, pero no me obsesiono con los tiempos porque el récord nacional está hecho. Quiero mejorar cada día, pero tampoco pierdo la cabeza. A mí lo que más me gusta es mejorar de cara a las competiciones; mi motivación es esa, ganar la mayor cantidad posible", desgranó.
En cuanto a lo que hará cuando finalice su carrera deportiva, el atleta de 28 años descartó trabajar como técnico. "No es algo que me llene y no lo veo como un trabajo que yo pueda desempeñar. Me gustaría más algo de la materia de psicología, que estudié en su momento, pero con el ritmo de las competiciones no pude terminar. En un futuro me encantaría estudiar Psicología. Creo que yo aportaría mucho más en el plano de la psicología deportiva antes que ser entrenador", explicó.
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