Marc Márquez se ha quedado muy cerca de ganar la sprint del Gran Premio de Italia. El de Cervera, piloto de Gresini, terminó segundo a escasas décimas de un Pecco Bagnaia que se hizo con el triunfo frente a una afición que tiene claro que el catalán no es de sus pilotos predilectos.
O que, evidentemente, en esa pelea que mantiene con Pecco van con el piloto local. Porque hubo pitos, alguno que otro, para Marc en una pista en la que se está encontrando muy cómodo con la Ducati.
Y sobre ello bromeó el catalán una vez se bajó de la moto tras el sprint: "Bueno, hace un año el tema de los pitos estaba en un 80-20".
"Ir con una Ducati aquí ayuda"
"Este año era un 50-50. La verdad es que esto de ir con una Ducati en Italia es algo que ayuda", cuenta Márquez.
Casi se hace con el triunfo, dejando claro que para la prueba del domingo será uno de los nombres a tener en cuenta: "Teníamos ritmo para pelear por ganar".
"Pero no tenía más para ir hacia adelante. Lo intenté cuando faltaban dos vueltas, pero en la curva 10, en al que me he caído en Q2, he renunciado. Pero nada, estoy contento. Aquí me costaba, pero con Ducati es otra película", sentencia.