Romain Grosjean ha vuelto r a sufrir otro accidente, aunque esta vez no tuvo nada que ver con el anterior en Baréin, ya que ha podido continuar corriendo. El expiloto de Haas completó este martes su primer día de test al volante de su nuevo monoplaza en la IndyCar.

El francés probó sensaciones en el circuito de Alabama Barber Motorsport Park, donde pilotó por primera vez el coche de su nuevo equipo, Dale Coyne Racing. El francés volvía a subirse a un vehículo de competición aunque poco tardó en tener su primer percance, ya que en la curva 1 se salió de la pista.

"Cometí un error y trompeé. Me quede atrapado en la grava y en esta pista tiene consecuencias. Debes mantenerte dentro de los límites. Simplemente fui demasiado rápido, y cuando estaba en el freno, también aceleré, lo que se hace en una velocidad alta. En IndyCar hace que el coche se desestabilice. Fue una experiencia instructiva, después no lo volví a hacer y fue mejor la cosa", ha explicado Romain a fuentes oficiales de la competición americana.

El galo ha hablado de sus primeras sensaciones y de su estado de físico tras el brutal accidente en Sakhir el pasado 29 de noviembre que casi le cuesta la vida. Afortunadamente, tan solo sufrió quemaduras en su mano izquierda, todavía en proceso de recuperación.

"En las primeras vueltas, mis músculos no estaban muy bien calentados, pero mejoró hacia el final, lo cual es una buena señal. (La mano) En realidad se comportó muy bien. Noté un gran chasquido en la última tanda y fue un poco doloroso. Sé que no está completamente recuperada y aún está sensible", señaló Grosjean.

Pese al pequeño contratiempo al principio de la prueba, el expiloto de Fórmula 1 completó 83 vueltas en el trazado de Alabama, circuito donde debutará en la IndyCar el próximo 18 de abril.