Sebastian Vettel se enfrenta a la que será su última temporada en Ferrari, ya que, en 2021, Carlos Sainz ocupará su puesto, mientras que él ha fichado por Aston Martin. El alemán ha hecho autorreflexión y, aunque ha sido muy crítico, no hay arrepentimiento de sus años en la escudería italiana ya que, al fin y al cabo, sigue siendo uno de los mejores pilotos de la parrilla.

"No creo que tenga ningún tipo de arrepentimiento cuando eche la vista atrás. Hay cosas que debería haber hecho mejor, situaciones que podría haber visto antes, batallas que no debería haber elegido. Pero creo que todo lo que ha pasado me ha llevado a donde estoy hoy", confesó Vettel en el podcast de la Fórmula 1 'Beyond The Grid'.

Las luchas de las que habla no son en el asfalto, sino dentro del propio equipo. Y es que demasiadas veces, las malas 'vibras' de puertas para dentro repercuten en las actuaciones de los pilotos cuando salen a correr. "No estoy hablando de cosas que ocurren en la pista, no estoy hablando de ese tipo de cuestiones. Más bien hablo de cosas que han pasado fuera de la pista".

Actualmente, admite que no mereció la pena meterse en ciertos líos: "Tal vez, si miro atrás, esas luchas no merecían la pena. Pero está en mi naturaleza, sentí que era normal hacerlo y creo que tuve parte de razón en esas pequeñas luchas y batallas. Pero, al fin y al cabo, así es como se madura y se aprende. Repito, lo importante es que no tengo ninguna sensación de arrepentimiento, soy feliz de seguir adelante".

La parte más dura de su confesión es cuando analiza los resultados que esperaba con Ferrari y nunca llegaron. Llegó a la escudería italiana con cuatro campeonatos que había ganado con Red Bull y todo apuntaba a que lograría el quinto con el equipo más laureado e importante de la historia de la Fórmula 1.

Sin embargo, todo salió al revés. Ferrari se ha hundido en una crisis. El equipo que dirige Mattia Binotto está en un callejón sin salida, donde demasiados coches les superan y no parece que la solución esté cerca.

Vettel es consciente y asume parte de su responsabilidad en la sequía de los italianos: "Es verdad que he fracasado porque me propuse el objetivo de ganar un campeonato del mundo con Ferrari. He fracasado, no fui capaz de hacerlo, si soy justo y duro tengo que admitir que he fracasado. ¿Hubo motivos? Tal vez, pero no voy a aceptarlos como excusas".

Si las cosas no cambian rápido en Ferrari podría repetirse la peor época de la fábrica, cuando tras el título de Jody Scheckter en 1979, pusieron fin a su racha de triunfos, algo que no recuperarían hasta el 2000 con la victoria de Michael Schumacher.