Qué lejos queda aquel envoltorio de sándwich que nos privó de disfrutar del regreso de Fernando Alonso a la Fórmula 1 en Baréin tras un parón de dos años en el que probó otras disciplinas como el Dakar, la Indy o el Mundial de Resistencia.

El bicampeón del mundo de F1 ha ido de menos a más en su vuelta a la competición, consciente de que debía de pasar un periodo de adaptación para aclimatarse al Alpine A521, pero con la mente puesta en volver a ser competitivo lo más pronto posible.

Tras 10 carreras disputadas, ya es una realidad: Fernando está al 100%. Se pudo ver de sobra en Bakú, se siguió viendo en Francia y Austria, pero Silverstone ha sido la confirmación de la evidencia.

Saliendo séptimo tras su brutal clasificación al sprint el sábado, Alonso solo cedió posición con Carlos Sainz, recuperada después el accidente entre Hamilton y Verstappen.

"Me siento bien, siento más confianza ahora en el coche. Creo que al principio del año necesitaba un par de carreras para acostumbrarme a todo en el coche no sólo al Fórmula 1, sino al Renault. Si me hubiera subido de nuevo al McLaren, con su estilo y su volante, quizás la adaptación hubiera sido más corta, pero con Renault quizás había más trabajo por hacer", explicó el ovetense tras la carrera.

Alonso señaló que en las primeras citas del calendario primó el no cometer errores sobre el dar espectáculo: "En las primeras carreras era muy cauto, no quería cometer un gran error. Todo el mundo estaba pendiente de cómo lo hacía tras correr en diferentes categorías, volver a la F1 no será fácil, hablaban de las nuevas generaciones, todas estas cosas, solo quería hacer las carreras sin errores y lentamente ir aumentando la confianza".

"Ahora que tengo más confianza y más conocimiento sobre el coche, el equipo y los neumáticos, puedo pilotar sin pensar demasiado, puedo usar el instinto porque todo sale automático, así que estoy contento con eso", ha zanjado el '14', que se ve con mucha más confianza para volver a acariciar la lámpara de su magia. Hungría ya espera.