Sigue la tensión en Ferrari. El equipo italiano ha completado un decepcionante inicio de temporada que ha provocado un terremoto interno en Maranello, con fuga de cerebros incluida, como han sido los casos del ingeniero David Sánchez, que se marcha a McLaren, y del subdirector del equipo, Laurent Mekies, que pondrá rumbo a AlphaTauri en 2024.

Pero la inestabilidad no solo afecta a la dirección del equipo. La tensión entre los dos pilotos ha quedado clara en las primeras carreras de la temporada, especialmente en la clasificación delGran Premio de Australia, cuando el monegasco se quejó de que Sainz le molestó en la Q3. "Carlos me ha dado un buen rebufo entre las curvas 3 y 4", dijo irónicamente Leclerc a través de la radio.

Esa situación se ha repetido en el Gran Premio de Mónaco. En el último intento de la Q1, Leclerc estaba en vuelta rápida cuando se ha encontrado a Carlos Sainz en la zona de la piscina, la más complicada del circuito de Montecarlo.

El madrileño se apartó bien, y aparentemente no molestó a su compañero, que pudo completar la vuelta y mejorar su registro. Sin embargo, al monegasco no le sentó nada bien encontrarse a Sainz en su camino, y no dudó en quejarse a su equipo. "¡Carlos, vamos!", gritó Leclerc por la radio, a lo que su ingeniero, Xavi Marcos, respondió con un contundente: "Lo hemos visto".

En cualquier caso, el incidente no tuvo ninguna consecuencia, ya que los dos pilotos de Ferrari pasaron a la Q2 sin mayores problemas.

En Q3 también estuvieron ambos, y el karma le jugó una mala pasada a Leclerc. Charles, cuando Norris estaba en vuelta, estorbó de forma clara al inglés de McLaren y ha sido sancionado con tres posiciones.